sábado, mayo 26, 2012

Los 25 de mayo...

Hoy es 25 de mayo y el 25 de mayo solíamos ir a la escuela y festejar el nacimiento o engendro de nacimiento de nuestra patria. Iban nuestros padres y nos veían actuar o llevar la bandera o simplemente cantaban el himno con nosotros. Un himno que  -sin las innumerables estrofas del original-  era el tradicional, el acortado que terminaba con esa estrofa que, después, en nuestra juventud combativa, recalcaríamos como un reto implacable: "Sean eternos los laureles que supimos conseguir / coronados de gloria vivamos / o juremos con gloria morir..." 

"O juremos con gloria morir..." era el látigo que marcaba nuestras desentonadas voces en los años setenta cuando quedábamos roncos de repetir ese último verso. Y, mal o bien, sin concesiones, sin dobleces, con autenticidad, muchos creíamos en eso. Y es por eso que  -en ese contexto histórico y no en otro, en ése, no en ningún cuento de hadas ni telenovela ad hoc-  nos jugábamos en lo que considerábamos era nuestra patriada. 

No nos llevaba nadie, no nos arreaba nadie ni arreábamos a nadie. Teníamos convencimiento y autenticidad y cuando tratábamos de reivindicar a nuestra historia y a nuestros héroes no nos basábamos en versos  -palabra que inventamos nosotros en esos tiempos en su sentido actual de 'uento, historia, relato' y, por extensión 'mentira preparada para que, dada la ocasión de la adversidad, supiéramos a qué atenernos' o, simplemente 'chamuyo'-  si no en lecturas, discusiones, debates permanentes. 

Éramos orgullosamente rebeldes. De verdad. Y se pagó cara esa rebeldía. Con la vida... con la destrucción de la vida propia... de la de nuestros hijos... con la vida trunca... porque, como diría Juan Bautista Alberdi parafraseando a Lamenais: "ningún desterrado es feliz en ningún lado, ni siquiera en su propia patria..."  Incluso, los más afortunados, lo pagaron con el hecho de saber que nunca más volvería a ser lo que pretendimos ser.  Y como los tiempos no se repiten si no en farsa, me molesta mucho que se olviden y otros utilicen esa autenticidad. Realmente, para decirlo en criollo, me revienta. 

Y también me molesta que  -como porteña, nacida y criada y amante de esta ciudad-  la historia se tergiverse y se olvide que el 25 de mayo de 1810 fue una gesta porteña. Porteña en toda su dimensión. Es decir, en la dimensión en que la porteñidad no es por nacimiento sino por pertenencia como Gardel, César Tiempo, Julián Centeya fueron porteños sin haber sido dados a luz en esta ciudad. El 25 de mayo que fue una gesta de los tenderos , comerciantes, leguleyos, hacendados de Buenos Aires, no se extendió más que tres o cuatro manzanas alrededor de lo que hoy es Microcentro y Montserrat.

 Y fueron esos porteños nativos y por adopción (Matheu, Azcuénaga eran españoles, Alberti, French y Berutti tenían otra ascendencia europea) los que se jugaron en esa patriada y fueron un Belgrano y un Castelli los que se tuvieron que encargar de llevar esa revolución porteña incipiente a pelearla con los godos, maturrangos o gallegos como ya despectivamente los llamábamos). Aclaro que llevo sangre gallega con mucho orgullo!!! Y que les costó mucho llevar esas ideas adelante. Les costó derrotas, desconsuelos, locuras... Les costó traiciones y desilusiones... Como suelen costar las grandes misiones que se emprenden con altruísmo.


Si no, ver cómo murieron todos ellos... Moreno, Castelli, pobrecitos!!! El único que estuvo en todos lados fue Juan José Paso!!! Vaya oportunista avant la lettre!!!


Pero también me acuerdo de ese otro 25 de mayo, viernes como hoy  -al que muchos repudian y del que muchos abjuran ahora e incluso abjuraron en su momento- pero que fue producto de lo que esos locos inconscientes hicimos para lograr que finalmente hubiera elecciones sin peronismo proscripto!! No nos olvidemos!!! 


Ese 25 de mayo de 1973 en que hubo un tiroteo cuando estábamos en la Plaza de Mayo y Cámpora estaba todavía en el Congreso. Ese 25 de mayo que ahora todos vivieron como todos vieron el gol de Cárdenas y muchos de los que ahora pretenden haber estado no habían nacido o eran perejiles bajo las polleras de sus mamás o de sus "señoras". Ese 25 de mayo en que yo, en medio del tiroteo, siento que aparece un gordo grandote como un efrit salido de la lámpara de Aladino y me dice: "Flaca, subite acá" y como si él fuera Nureyev y yo la Pavlova me agarra de la cintura y me sube a un camión para protegerme de los tiros. Era el Gordo Héctor Clark con el que habíamos empezado a militar, con él y con el Gordo Pablo, junto a Gustavo Rearte, a Eduardo Salvide, a Miguelito Bianchini, al Turquito Nasserito, al Pulseroso  -¿Marcelo?-  en JRP a principios del 65 por el voto en blanco... Y ahí perdí a los compañeros con los que había ido, a Rolo  -Ricardo Aragón, Rubén del que nunca supe nada más que que era de Azul y que fue secuestrado y desapareció-. Y me pasé toda la tarde de ese viernes esperando que terminara el acto para ir a Devoto, a sacarte, a sacar a vos y los compañeros. Pero terminó el acto y la gente se desconcentraba y todos dudaban si ir o no ir y yo, de pronto, veo a unos compañeros y empiezo a decir por qué no marchamos, por qué nos quedamos ahí parados... Dudas... conciliábulos con los montos... con los de aquí... los de allá... Y finalmente nos ponemos en marcha. De pronto caminamos cantando, enardecidos. En Once, en Almagro nos acercan comida, gaseosas cuando saben adónde vamos... "A Devoto, compañeros.... a liberar a nuestros guerrilleros...." 

 Llegando a Medrano, Rolo se acerca de atrás   -habíamos estado no sé dónde, tal vez en Caseros en casa de unos compañeros la noche anterior y nos habíamos descolocado en el tiroteo- y me dice: "Vamos a sacar al Petiso, por fin lo voy a conocer!!!" Y de pronto se acercaban algunos a preguntarme cuánto faltaba porque venían de la provincia y no sabían dónde quedaba Devoto, cómo era tan lejos....

La gente decente de Caballito nos cierra las persianas en Acoyte y Rivadavia. Pero se encienden las primeras antorchas...

Cuando ya estamos en la cárcel, vamos por la parte de atrás. Alguien anuncia, en medio del griterío ensordecedor, que acaban de anunciar la liberación!!! De pronto se me aparece Marcelo, nuestro amigo, el mellizo de Diego: ¿"Viste, el Petiso fue el que anunció que los liberaban?" Yo no te había reconocido entre la multitud y el kilombo!! 

Y enseguida se me aparece la Gorda Amalia que un día me sacó de una reunión en lo de Rolo para darme el mensaje que vos le habías dado a Lilí en el celular (que no era justamente un teléfono como pensarán algunos chabones hoy) y que Lili le había dado a ella para cuando me viera. [Creo que sólo vos y yo quedamos sabiendo lo que me mandaste a decir. No está ni la Gorda ni Lilí ni Rolo ni Rubén a quienes les conté inmediatamente tu mensaje!!! Y ya casi no quedan lágrimas para llorar lo que fue y lo que no fue...

Se acerca y me dice: "Esperá que vamos todos juntos a la puerta!!!" 

Yo veo quiénes estaban con ella y le digo: "No, yo voy sola a la puerta, no espero a nadie!!!"



Detrás del portón, Eduardo Luis Duhalde y el hermano de Fernando me decían a mí y a uno o dos que estábamos pegados a las rejas que hiciéramos callar a la multitud!!!  Y nosotros le decíamos que estaban locos, que buscaran un megáfono.

Después de un tiempo le pregunto a un guardiacárcel que estaba al lado de ellos, del otro lado y yo subida al portón con mi supermini, por dónde van a salir y me contesta que por la otra puerta, que los que están ahí formados son gente de ellos, los guardiacárceles que cambian de turno. 

De pronto, al lado mío, alguien me pregunta qué hago ahí, en la puerta.
-  Espero a que larguen a mi compañero...
- ¿Es peronista?, me pregunta. 
Ante mi respuesta me dice: "Andate a Avenida La Plata, todos van para ahí!!!" Era el diputado Deolindo Bittel del Chaco. Con ese dato me salvó la vida. Al rato se armaría el tiroteo del que nos enteraríamos al día siguiente. 

Me voy yendo y me encuentro con un viejo compañero que me creía muerta y me lleva a Avenida La Plata... 

Lo demás ya es historia... pública y privada.

Esto es simplemente para que recordar, para que quede registro de que hoy es una efeméride porteña por excelencia, por el 25 de mayo de 1810. 

Y además para recordar ese otro 25 de mayo del 73 en que te reencontré luego de cien días. Que los que salieron ese día   -al menos, los que la pueden contar-   nos agradezcan, aunque otros nos puteen!!!

Pero los hechos, hechos son. Y la historia es lo que fue y no lo que pudo haber sido.


Ah, y me olvidaba, es también nuestra efeméride millonaria!!!! 

111 años del glorioso River Plate!!!
Y, por si alguien se burla, recuerden la letra de Mis harapos:


"... así ríen en el charco los inmundos renacuajos / cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó!!!

Si no la conocen, búsquenla en youtube por Antonio Tormo
Va el link
 www.youtube.com/watch?v=EpnR6ea7pPk




Y encima es el cumple de mi abuelo José, gallego como el que más, que vino en la tercera de un buque desde Lugo y laburó de albañil contruyendo con otros como él, la quinta de Olivos, el Casino de Mar del Plata y la casa en que nací!!! 

Y por todo esto vale este Champ con el que brindo por los que están, por los que no están, por los que se fueron, por los que nos esperan, por los que siempre estarán aunque no estén!!!!


1 comentario:

María Cristina dijo...

Como porteña, y también muy orgullosa de serlo sin por ello desmerecer al resto de mis compatriotas, experimenté similar sensación al escuchar ciertas menciones en el curso del mensaje. Aún persisten las antinomias que han marcado en gran medida nuestro acontecer: federales y unitarios, crudos y cocidos, Boca y River, y en este caso -remitiéndome puntualmente al mensaje-: la ya centenaria "pica" entre provincianos y porteños. Esto aflora inexorablemente en aquellos que no beben arena porque tienen sed sino que beben arena porque no conocen la diferencia con el agua.