lunes, diciembre 30, 2013

9 años de Cromañón

       Marcadores de vida
El sobrevivir obliga...” 
Koos Koster.
 
       Nunca más podré pasar un 30 de diciembre como antes.
 
       Hace nueve años volvíamos de haber pasado tres días en Mar del Plata -nuestro última estadía allí-.
      Me dejaste en casa y fuiste a ver a una gente con la que habías quedado. Pensábamos comer afuera. Pero yo estaba cansada y me puse a ver qué había en casa para comer.
 
       Entonces, mientras preparaba la mesa en el comedor diario esperándote para cenar, vi que había una tragedia en un boliche de Once.
        
       Vos llegaste y ya no ibas a poder comer: te habías encontrado con unos chicos conocidos del Baldomero- el Centro Cultural que dirigiste tanto años-  que te habían pedido que los alcanzaras hasta un boliche en donde tocaba una banda de Floresta antes de Callejeros y los habías dejado a dos cuadras de allí.
 
        Nos quedamos mirando la tragedia por la tele hasta la madrugada.
        A medida que pasaba la noche era más terrible.
 
        A la mañana siguiente vos fuiste al Centro Cultural a averiguar qué había pasado.
 
        A mí me llamó mi jefe de entonces para que me comunicara con una compañera que vivía a ocho cuadras de casa porque, aparentemente, su hija estaba desaparecida en Cromañón y no se podían comunicar con ella ni en el celular ni en la casa.
     
        Dejé todo y me fui. Allí estaban todos en un círculo de angustia, fe, esperanza, desesperanza...  Todo un mundo de amigos y conocidos movilizado, suspendido el festejo de fin de año, suspendidos en el terreno de la incertidumbre, buscando una forma de mostrarse fuerte por un lado y pensando que, cuanto más tiempo se tardara, más dura sería la noticia. Se buscó desde el Ramos Mejía hasta el Sanatorio de Bernal y el Hospital de Quilmes y lo único que quedaba era la calle Guzmán, una morgue improvisada en los galpones municipales prácticamente al lado del Cementerio.
 
        Casi a medianoche nuestra compañera, la madre, atendió por enésima vez el teléfono y por sus respuestas  -de casualidad era yo la única que había quedado en el living con ella-  me di cuenta de que había encontrado a Sole... Se la había encontrado en Guzmán: una víctima más...
 



      Encendemos una vela en memoria de todas las víctimas de esa tragedia que se podía evitar si no hubiera sido por la corrupción y la codicia... y por la estupidez que engendra insensibles.
 
 
     
Y especialmente en memoria de María Soledad Canziani, a quien no tuve el gusto de conocer y que recién había terminado sus secundario... Sole, la hija de mi compañera Mimí y de Armando Canziani que espero que sigan con la templanza como para continuar.
Sole tenía diecisiete años...

 


  
        Remito al artículo posteado en 2006 para esta fecha: A dos años del 30 D - La patria cromagnona nos cuestiona - In memoriam a las 194 víctimas..

No hay comentarios.: