lunes, marzo 01, 2021

 

Raúl –Cacho- Santana

RIP!

             Otro gajo de nuestra vida que se nos va....

        In memoriam

         

       Cuando anoche me enteré por Facebook por el post de Miguel Levy de la muerte de Cacho Santana  -como lo llamábamos-  puse:

         «¡Noooo! 

         El loco Santana! Qué terrible!!    y una perífrasis de Julián Centeya:  

        Se nos están yendo las cosas... [la gente], negro... 

        Y eso no tiene remedio!      RIP!».

 

         A los pocos minutos me llamabas vos y te contaba y te agarró una terrible angustia... Y me sentí como si fuera Andresito Bellagamba que, en el pueblo de mi familia paterna, era el portador de malas noticias... Pero vos no sos de estar en redes... y yo también estaba y estoy triste porque así, poco a poco, se nos va desgajando, desgranando parte de nuestra vida también.

 

Lo conocí a poco de empezar a salir juntos nosotros... allá por 1964, en La Comedia. 

 

Raúl se había criado en el corazón del barrio de Constitución en la casa en donde su madre tenía una fonda en Salta y el Pasaje Ciudadela. A la vuelta estaba el entonces Teatro Variedades construído por el arquitecto alemán Karl Nordmaan  -el mismo que construyó El Coliseo- situado frente a la Plaza en una manzana chica entre Garay y Salta con entrada por Lima 1615. Inaugurado el 11 de mayo de 1909 por la Compañía de la artista italiana Emma Gramática con la obra Divoziamo del francés Victorien Sardou, tenía muchísimo movimiento de distintos grupos teatrales extranjeros y nacionales, entre ellos el  del Director Enrique de Rosas con quién debutó nada menos que Luis Arata  en 1914. Una vez terminada la función, los artistas y toda la gente de atrás de bastidores marchaba a la Fonda de la Mamá de Cacho a comer y tomar como corresponde y así, de ese modo, los artistas habitués  eran el salvavidas ecónómico de la familia.

 

El Variedades era un verdadero lujo en la zona hasta que fue derribado en 1961. Y en ese ambiente mezclado con el del otro público del barrio, Cacho se fue criando, abriendo los ojos y los oídos aprehendiendo todo lo que volaba por el aire, sobre todo, las palabras, la belleza, la sofisticación y la realidad a veces extravagante y lejana...

 

En la época en que lo conocí compartíamos los mismos cafés de Corrientes y vos lo conocías desde tu nacimiento porque te llegó a acunar entre sus brazos.

 

Con los de su generación formaban un grupo desigual en algunas cosas y compacto en otras...  Allí estaban, además de Horacio Pilar, Norberto Vilar, tu hermano mayor, Jorge Labraña, Miguel Levy... Y nosotros éramos casi tangentes por, justamente el conocimiento que tenían de vos...  Aunque no éramos del todo ajenos.

 

Cacho Santana estaba casi siempre en compañía de Horacio Pilar, con quien solía formar una dupla histórica con afinidad de gustos, con alternancia de ideas, con objetivos comunes, pero con ese signo que solía identificar la porteñidad: la amistad.

 

Por esos días se lo veía atronar con su voz particular y su estilo imponente los bares de Corrientes intentando ser una especie de Maiakovski porteño bajo la Cruz del Sur y de cara al Obelisco.

 

Y no se lo podía ignorar como tampoco a Pilar que era casi lo contrapuesto en discreción... La poesía de cada uno de ellos era particular y propia como propia era su voz. Sólo que Cacho Santana, que tenía, además, la habilidad prodigiosa de haber ejercitado la memoria  -no sé si con el mismo método que utilizaba Horacio Ferrer o  con otro-, se permitía repetir poemas propios y ajenos sin temor al furcio o a la equivocación. Incluso se cuenta que Horacio Pilar se olvidó de algo que había escrito y lo recuperó gracias a la memoria elefanteásica de su amigo...

En esa época era esencialmente poeta.

.         Entre sus publicaciones están Diario de metáforas en 1971, Lengua Materna, 1981 y Mácula, 1986.

 

Los caminos se dividen...

Los caminos se juntan...

 

Fue periodista especializado en arte y sobre todo gran conocedor del arte del Siglo XX y XXI.

Colaboró en Pluma y pincel, Pájaro de fuego, La Opinión, Clarín, Confirmado, Tiempo Argentino, Página 12, Artinf y Arte al día.  

En Arte Argentino Contemporáneo -Editorial Ameris, Madrid, 1979- hay artículos de él sobre Rómulo Macció, Kenneth Kemble, Carlos Gorriarena, Alberto Heredia, Marta Peluffo, Pablo Suarez, Héctor Giuffré y Florencio Méndez Casariego.

 Escribió los ensayos Héctor Giuffré: una apertura hacia lo real, 1980..

Además de artículos y estudios sobre Leopoldo Presas, Emilia Gutiérrez, Eduardo Lozano, Mariano Sapia, María Luz Seghezzo, Gertrudis Chale, Miguel Ocampo, Elena Visnia, Antonio Seguí, Juan Cavadas, Ernesto Deira, Jorge de la Vega, Luis Felipe Noé, Alfredo Gramajo Gutiérrez, Ramón Gómez Cornet, Roberto Páez, Armando Sapia, Alejandro Argüelles, entre tantos otros.

 

Cuando ya el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Buenos Aires había dejado de estar en el Centro Cultural Gral. San Martín para pasar a San Juan 350, rebautizado MAMba, fue su director entre 1991 y 1997.

De su gestión se recuerdan exposiciones como la de 1993 del alemán Joseph Beuys [1921 – 1986] que era un verdadero vanguardista del Grupo Fluxus [con gran desarrollo en Europa, Estados Unidos y Japón a partir de mediados de la década de 1960]. Beuys había trabajado con medios y técnicas clásicas de la escultura y la pintura en combinación con la performance, el happening e incluso el uso del video y diversas instalaciones de otro tipo.

 

En 1994 organizó la exposición del Grupo CoBrA, uno de los movimientos artísticos más importantes del Siglo XX, fundado originalmente en París en 1948 por el artista danés Asger Jorn y el poeta y pintor belga Christian Dotremont. Fue interrumpido por ciertas disidencias en 1951, pero como ya estaba diseminado entre los Países Bajos, Bélgica y Dinamarca tomó ese nombre de sus capitales como acrónimo de «Copenhague, Bruselas, Amsterdam» que eran las ciudades de origen de sus fundadores.  Llegó a editar diez números de la revista homónima ya que sus miembros eran polifacéticos cultivando también otras artes como la poesía y la música. Allí estuvieron desde el arquitecto neerlandés Aldo Van Eyck al pintor francés Jean Dubuffet, al escritor neerlandés Hugo Claus, al pintor y poeta Lubertus Jacobus Swaanswijk  -conocido por el seudónimo de «Lucebert»-, el pintor francés Jean Michel Atlant, entre otros. Al principio muchos adherían al comunismo, del que se fueron alejando por razones tanto políticas por estar contra el totalitarismo como por razones estéticas porque también estaban en contra del “realismo socialista” y ellos se basaban desde lo ingenuo y lo situacional a la creación vanguardista.

En el MAMba también organizó las muestras de los argentinos Carlos Gorriarena, Clorindo Testa, Alberto Greco y Narcisa Hirsch, etc.

Integró jurados a nivel nacional e internacional.

En 1993 fue distinguido por el gobierno francés con el título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.

En 2002 y 2003 se desempeñó como Director del Palais de Glace, de Buenos Aires.  Y después, como asesor y curador en el Centro Cultural Recoleta.

En 2006 publicó Huellas del ojo. Una mirada al Arte Argentino y en 2017, Escritos del Arte Argentino.

Y en 2010, su antología poética Gramática de la fuga.

Si pasábamos por su casa de Colegiales – Palermo a veces le tocábamos el timbre y allí le dejaba yo nuestras publicaciones.

En 1996, cuando Enrique Puccia hijo organizó la Antología Oral de la Poesía Argentina en el Centro Cultural Gral. San Martín compartimos la misma mesa de lectura... si no me equivoco, también estaba Horacio Pilar. Yo, emocionada, porque los veía como una especie de guardaespaldas poéticos míos...  

La última vez que lo vi, creo que fue en 2010 cuando presenté mi último libro de poemas De Mortales & Fantasmas – Los brazos del olvido en el Centro Cultural Recoleta, lo saludé y lo invité, pero, para lo que era él o lo que nosotros conocíamos de él, estaba bastante retraído.

 

Vivió por el mundo desparramando ideas, poemas y voces.

Y así seguirá en donde se encuentre...

                 

                RIP!!! 


©® Ana Sebastián, Memorias impertinentes, 2021.


 


Lengua materna

Boca desnuda y ávida

con obstinación despegas los labios

alimentas una garganta que hace flamear la lengua

 

como si esa imitación del viento

restara muerte.

 

          Conversación de otoño

          Mañana limpia bulliciosa,

          mi hija conversa con un pájaro

          acerca del aroma de una hoja de limón.

 


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