sábado, julio 19, 2008





"La amistad porteña, ese olvido del egoísmo humano..."




En las buenas y en las malas




Quiero simbolizar este sentimiento de amor por todos mis amigos, los que lo fueron, los que lo son, los que nos vemos, los que sé que están aunque no estén en estos dos amigos, sin menoscabar a ningún otro, al contrario, involucrándolos en este sentir.
Rosalba, la amiga más cercana y más lejana -se puede decir la veía más antes que ahora que estamos más cerca geográficamente-, que me conoce desde que nací y aún antes porque su suegra Ítala era amiga de mi abuela Ana y Alejandro, su marido era amigo de mi viejo y ella y toda su familia fueron y son amigos nuestros en las buenas y en las malas. Y en Alberto Lobosco, que nos dejó hace poco, ese amigo charlatán, creativo, hiperkinético, especie de Vittorio Gassman, que conocí en un cumpleaños de quince al que no quería ir y fui obligada por mi vieja y que, a las dos semanas me estaba invitando a encontrarme con él en la antigua La comedia de Paraná y Corrientes el domingo 6 de septiembre de 1964 a hablar de una revista literaria, una truchada, un verso para presentarme al que desde entonces sería el compañero de mis días hasta hoy con nuestras idas y vueltas, pero con nuestra inagotable pasión. De modo que Alberto fue una especie de duende o demonio determinador de nuestras vidas.

Dice un proverbio árabe: "Hay que tener dos ojos para tener un amigo: uno bien abierto para poder elegirlo y otro para poder cerrarlo cuando te hace algo que te disgusta." Y digo yo: "Un amigo es alguien con quien uno se puede pelear más de una vez."

BRINDO POR TODOS MIS AMIGOS QUE, GRACIAS A DIOS Y A LA VIDA, FUERON MUCHOS Y BUENOS!!!

Y COMO ES DE SUPONER, BRINDO CON EXTRA BRUT!!!


1 comentario:

Anónimo dijo...

Salute Anita!

Un abrazo fraterno (lava de moles y tablones encendidos).

El muscia