sábado, noviembre 18, 2006

RETORNO
Ayer, 17 de noviembre, fue el día de la militancia. Fui a un acto en homenaje a Gustavo Rearte, se nombraba a un montón de gente y había un montón de gente, pero algunos parecían no saber de qué se trataba. Aparte de encontrar caras conocidas pero cambiadas por el tiempo y una sensación de nostalgia, también encontré gente que no tenía nada que ver y que, de pronto, en esta moda de "ser de los setenta" sin darse cuenta de que Gustavo era de los sesenta, se olvidaron de algunos que eran, junto con él, los que estaban en JRP, la Juventud Revolucionaria Peronista, por ejemplo, de Eduardo Salvide, de Gustavo Lafleur, de Miguel Bianchini. Se olvidaron de nuestro diario En lucha y se olvidaron del compañero Eyeralde que prestaba el Sindicato de Calzado en la calle Yatay y se olvidaron de Santiago que estaba en el Sindicato de Prensa de la calle Alsina. Se acordaron de Silvio Frondizi, pero se olvidaron de Diego Ruy Frondizi y de Manolo Belloni. Para algunos fue nostalgioso y emotivo y para otros un acto de tropa. Si bien se reivindicaron antiguas consignas se olvidó mencionar que todos estos compañeros hicieron una práctica del altruísmo y que esa militancia -para bien o para mal- poco tiene que ver con quien va a un acto por una prebenda. Al menos en eso eran genuinos.
RETORNO


La llovizna moja, golpea,
no puede, es vana.
Estamos curtidos
bajo el alma sin camisa
y si no, hoy nos curtimos.
El barro no nos cansa.
El cansancio no nos embarra
el fervor, ese arcaísmo.
Las balas no nos matan
aunque maten.
y cruzaremos el río
de la Matanza
contra la lluvia,
contra el barro,
contra el cansancio,
contra las balas
y seremos para siempre
este 17 de noviembre.
Nada, nadie nos detiene.
Con o sin paraguas,
a la izquierda, a la derecha y en el medio
somos nosotros mismos
cargando nuestros muertos muertos,
los perseguidos,
los torturados,
los presos
y aún las traiciones.
Cargando la ilusión sin camisa,
tan poca cosa,
algunas banderas, la foto de Evita,
la esperanza...
¿Y el viento?
El viento va con nosotros.
Toca el bombo, entona la marcha.
Es militante, compañeros.

© Ana Sebastián 2001.

RETORNO II o RESEMANTIZACIONES

Sustantivo con mayúscula,
acción posible
de ser actuada por un solo protagonista.
Durante dos décadas
retorno fue
un deseo colectivo trunco,
un avión negro
que nunca llegó a aterrizar en Ezeiza,
un susurro oculto
en los corredores de la historia,
ayes de héroes sin nombre,
resistencias con o sin sangre,
leche hirviente con
vahos de alcohol matutino,
paciente o impaciente
espera machacada
en silencios redoblantes,
clandestinos fervores.
17 de noviembre:
lluvia, consignas, barro,
retorno al fin.
Un hombre, un nombre,
una mística ingenua tal vez.
¿Qué pecado hay en la ingenuidad
después de todo?
Después de todo,
destierros mediante,
los retornos ya no serían ajenos,
históricos,
sino planes tambaleantes
en horizontes propios,
sueños íntimos del regreso
¿a un país que quisimos
que fuera?
¿a una adolescencia
que algún día fue?
Volvimos y estamos...
El mundo cambió
o nosotros cambiamos.
(Eso no cuenta.)
El retorno
es sólo un vuelto,
diezmo cruel al derecho a trabajar,
peaje en nombre de la retórica
de una militancia que ya no es
o tal vez sea sólo el
título del poema
que me encargaron un día los
compañeros de La Matanza.

Ana Sebastián 2004.


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