Serie: Textos de escritores amigos
JOSÉ RENTES DE CARVALHO
Un retrato
Es un rabioso de ésos a los que los ataques de rabia lo
convierten en cómico, porque entonces rebolea los ojos, espuma en la boca, todo
él se estremece como si sufriese el mal de San Vito.
El fuerte impulso de su rabia es la envidia. Envidia del talento
ajeno, del éxito que quería tener y no alcanza, el reconocimiento dado a éste o
a aquél y que esperaba para sí.
Tiene por meta el lucro y
se vuelve tan fanático para lograrlo de
cualquier manera que no ahorra esfuerzo a punto de, físicamente, tomar el
aspecto de los galgos que, exhaustos y sedientos, van al costado de los
caminos.
Para cualquiera en su sano juicio bastaría el talento que Dios
le dio, pero él no se contenta: quiere ése, más lo del vecino y también lo que el
Altísimo, por distracción, dilapidó en los figurettis que le hacen competencia,
los mismos que, sin parar, reciben premios, bendiciones y alabanzas.
Consigue el milagro de contraer los maxilares cuando habla, y de
ahí, por resultado, las palabras que articula parecen voluntariamente
asibiladas, como para que consideren mejor el chispear de los ojos.
Allá adentro, allá en el fondo, debe tener también buenas
cualidades, por cierto conoce momentos de devoción y altruísmo.
Desgraciadamente, sólo se ve de él lo que no consigue esconder.
®© Rentes de Carvalho, José, 2014.
®© Versión libre autorizada: Ana Sebastián,
2015.
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