domingo, septiembre 06, 2015

Serie: Textos de escritores amigos

JOSÉ RENTES DE CARVALHO
Un retrato


Es un rabioso de ésos a los que los ataques de rabia lo convierten en cómico, porque entonces rebolea los ojos, espuma en la boca, todo él se estremece como si sufriese el mal de San Vito.

El fuerte impulso de su rabia es la envidia. Envidia del talento ajeno, del éxito que quería tener y no alcanza, el reconocimiento dado a éste o a aquél y que esperaba para sí.

Tiene por meta el lucro y se vuelve tan fanático para  lograrlo de cualquier manera que no ahorra esfuerzo a punto de, físicamente, tomar el aspecto de los galgos que, exhaustos y sedientos, van al costado de los caminos.


Para cualquiera en su sano juicio bastaría el talento que Dios le dio, pero él no se contenta: quiere ése, más lo del vecino y también lo que el Altísimo, por distracción, dilapidó en los figurettis que le hacen competencia, los mismos que, sin parar, reciben premios, bendiciones y alabanzas.

Consigue el milagro de contraer los maxilares cuando habla, y de ahí, por resultado, las palabras que articula parecen voluntariamente asibiladas, como para que consideren mejor el chispear de los ojos.

Allá adentro, allá en el fondo, debe tener también buenas cualidades, por cierto conoce momentos de devoción y altruísmo.

Desgraciadamente, sólo se ve de él lo que no consigue esconder.



®© Rentes de Carvalho, José, 2014.
 ®© Versión libre autorizada: Ana Sebastián, 2015. 

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