Solsticio de verano 2014
Siempre me atrajeron los solsticios,
especialmente de verano, pero ahora casi no los puedo evitar… Desde hace
diecinueve años no los puedo evitar y más aún desde hace dieciséis porque se me
juntan, además de este solsticio que me hace mirar hacia el cielo el recuerdo
de Cata, tu madre, una de mis tantas segundas madres que murió el 21 de
diciembre de 1995 mientras yo sufría una tercera operación por un cáncer. Al
día siguiente, vuelta ya de mi intervención, a la noche, mi abuela Ana -que moriría en 1998- me llamaba porque ese año festejaba sus 101
años ese 22 de diciembre. Ella no sabía nada de la muerte de Cata, nada de las
cenizas que guardamos por dos o tres días en el comedor, todavía calientes… Incluso
creo que nada de mi reciente operación y quería brindar mientras salían
fogonazos extraños de una caja de luz que nunca tuvo ningún problema… Cosas de
la física, de la astronomía o de la metafísica. No sé… En todo caso nuestro
espíritu lloraba esas cenizas y sabía que habría otra luz… la de Cata y tres
años después la de mi más que centenaria abuela.
De modo que hoy a las 20.03 cuando comience el solsticio de
verano prenderé una vela a la memoria de Cata y mañana otra, a la memoria de la
vieja Ana…
IMÁGENES DE TIEMPOS BUENOS Y DIFÍCILES...
Cata - hijo & Juan Carlos
Cumpleaños 80 de Abuela Ana 22 diciembre 1974
|
Con Cata en el Zoo - Artis de Amsterdam
La primera vuelta a Argentina después de siete años Cuatro generaciones más Tía Elvi julio 1984 |
Los muertos amados los llevamos con nosotros… están en
nuestra tiniebla y en nuestra luz…
Gracias por haber sido como fueron,
ambas, cada una con su personalidad y gracias por haber estado en nuestra vida…
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