QUERIDA
ZULMA LILIANA SOSA
Hoy me
desperté con la noticia de que te habías ido.
Sufriste mucho y hace
unos meses pediste, por el inefable Facebook, que fuera yo la que te contestara
cómo había hecho para pasar por tantas operaciones y seguir…
Te fui a
ver al Sanatorio Anchorena y me alegro tanto tanto de haber ido que hoy no me
hubiera perdonado si no lo hubiera hecho.
Zulma, sufriste mucho
y todo a causa –según me contaste ese día- de un o unos tipo/s que te tironearon
para robarte la cartera. Y de ahí tus intervenciones en la columna… tus
terapias intensivas… Me indigna que gente buena se vaya y muchos hijos de puta
como ésos seguro sigan vivitos y sueltos por la vida…
La última vez que tu
hijo Lucho Vázquez me dio con vos recién salías de otra operación y no me
reconocías… balbuceabas…
Espero
que estés en un mundo mejor… “si es que hay un mundo para los que se piantan…”
como diría Julián Centeya. Y ojalá que te estén dando la bienvenida tus seres
queridos y, entre ellos, nuestro increíble y extrañado Enrique Puccia (h) que
fue el que nos unió… nos hizo conocer y con quien supimos disfrutar tanto de lo
que sostenía Paco Urondo, “lo mejor de la poesía [...] la amistad”!
Amiga, te vas pero
estás.
Te prendimos una vela
para que ilumine tu viaje como vos nos iluminábas y como tu recuerdo seguirá
iluminándonos.
¡Buen
viaje… Zulma querida!
Este poema es de tu libro que me dedicaste justamente en mayo de 2006...
ESE PASADO
CORPORAL
aún su belleza /
¿Por qué calla en las bodas /en el
lecho
donde lumbre y cadera /
ceden su licor y continúan bebiendo /
y el péndulo incesante /
en la encubierta denigración
del modo?
nada es ajeno a la historia
que le sucedió /
escenas e imágenes… /
el consto de la recepción
no importa /
para el espectáculo basta /
un gemido…
(si
hubiera sabido /
que
arrastraba países /
hubiera
pensado /
en
algo más tranquilo)
Zulma Sosa: Sacó la lengua y le prendió fuego,
Libros de
Alejandría, 2004.
Diagramación de la tapa:
Stella Vergara
sobre
Mujer con un niño muerto de Kâthe
Kollwitz.