JUAN CARLOS CÁCERES
Murió
en Perigny-sur-Yerres, Val-De-Marne, Francia el domingo 5 de abril de 2015.
Músico, artista plástico, profesor…
amigo.
Ya puse mucho en Facebook sobre el dolor que nos causó su muerte..
Algún día
contaré más sobre él con quien compartimos días, veladas, charlas sobre
pintura, sobre música, sobre literatura, sobre historia, sobre identidad, sobre tango, sobre
jazz, chusmeríos, discusiones, proyectos, presentaciones, recitales,
conferencias, cenas en Perigny, en Amsterdam, en Paris, en Buenos Aires, a la
vera del río Marne, champagne del francés, del de Champagne…
Y de pronto en medio de cualquier cosa empezaba
con sus dedos a repiquetear con su paracatá…
paracatá… chas… chas… o borocotó… borocotó… chas… chas…
Y seguía hablando o se iba a un
instrumento porque los tocaba casi todos...
Y al final, sí o sí, llegaba a la sanata que era como un comodín, una de
sus palabras preferidas que había sacado de Fidel Pintos y que se había llevado
consigo cuando se fue con Alicia a Paris en 1968…
Y hoy buscando en mi dossier Cáceres que tengo de cuando escribí una
especie de introducción a su pintura de los ochenta, la saga pictórica sobre el
descubrimiento de América desde la perspectiva de la alteridad, la visión del
otro, me encontré con estos artículos que acompaño… Y me reí mucho, Juan
Carlos, mucho… cuando encontré la publicación turca… porque era especial para
vos…
Aclaro que el término turco sanat significa ‘arte’ o sea que era tu sanata que, sin saberlo titulaba el
periodista de Estambul. Y encontré este Correo de la Unesco de Egipto de enero de 1997 dedicado a tu música y a tu pintura.
Para vos, amigo… que nos enviabas estas tarjetas para Navidad con tus pinturas y tus personajes...
Yo sé que ahora vendrán caras extrañas,
que ahora todos serán tus amigos, todos
te habrán conocido, todos te admiraban, todos te homenajeron, aunque en algún
momento usaron el denuesto o la indiferencia o la simple necedad, especialmente cuando
exponías tus ideas, cuando tocabas y demostrabas el componente musical negro en
el tango… y te miraban con cara de sobrada, de gaste…
Y vos saltabas de El porteñito a Saint-Louis Blues
y de Chiqué a Minnie de Moocher…
Y querías que hiciéramos una película
como The Cotton Club o como Ópera de Malandro…
Pero te moriste…
Y te moriste en
Perigny-sur-Yerres en el Val-de-Marne a 28 kilómetros de Paris.
Te moriste
afuera y ahora todos conocían tu música.
Muy pocos tu faz plástica que era tan
grande como la musical, pero más difícil de transportar…
Y ahora la típica
necrofilia nacional te reivindica…
Mejor, al menos, te reivindican…
Pongámonos contentos y brindemos por lo
que fuiste, por que sos y por lo que seguís siendo porque vas a seguir
iluminando, vas a seguir sanateando con las palabras y la música.
Gracias, amigo…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario