Recién me enteré de la muerte de José Gobello que lamento mucho. Llegó a cumplir sus 94 años y creo que vivió como pensó que tenía que vivir.
Tuve muchas diferencias con él no sólo de manera de pensar y ver el mundo, la vida, el país, sino también desde mis concepciones lingüísticas respecto a sus fundamentos científicos sobre el antiguo lunfardo. Pero siempre -desde que nos conocimos en la Academia Nacional del Tango- nos respetamos, muy a menudo en medio de su sarcasmo y de mi ironía.
En una de mis últimas conversaciones telefónicas, cuando le
dije quien hablaba, me contestó con su habitual socarronería: “¡Ah, la
profesora Sebastián que dice que el lunfardo no existe!”, a lo que yo en el
mismo tono respondí: “La misma que pinta y parla”. En este juego había, a pesar
de las diferencias, mucho respeto por su trabajo y su dedicación. Tener un
punto de vista diferente no significa desconocer su importancia en el estudio
de nuestra lengua. [¿Ojo! Hablo de José Gobello y no de los gobellianos. No es lo
mismo Borges que los borgianos.]
Y si es que hay un mundo para los que se piantan... que se preparen porque seguro llegará con sus fuerzas renovadas y es de los que piensan como Lilian Heller que "el cinismo es una forma antipática de decir la verdad" y va a gastar a unos cuantos... Mis condolencias a Marta y a su hijo.
martes, octubre 29, 2013
Cristina Onís - cumpleaños. Carta de su madre - Sudestada Año I - Nº 1
Cumple de Cristina Onís
Hoy sería el cumple de la Gorda Cristina
como la llamábamos... Ahora no entiendo por qué!
Alegre, buena persona, astuta, inteligente, tan gozadora de la vida, seductora como buena escorpiana...!!
Actualizo lo que posteé hace seis años, en 2013.
Según se encuentra en los registros de la CONADEP Nº 3711 Declaración Nº 1370 fue secuestrada el 4 de junio de 1976 a los 33 años.
Entonces estaría cumpliendo 70 en 2013, por lo tanto, 76 en 2019.
En los registros no hay indicación de lugar ni de su paso por ningún centro de detención.
Yo me enteré el día 5 por el Jefe del lugar en donde ella trabajaba por ese entonces como administrativa, la tradicional Marroquinería Pisk de Santa Fe y Maipú -al lado justamente del Círculo Militar-, en donde me había conseguido laburo a mí como vendedora y en donde había durado los tres meses de prueba porque el viejo Pisk no me quiso pagar la misma comisión que a las otras vendedoras.
Y me fui... lo que enojó a la Gorda porque pensaba que yo me iba porque no necesitaba laburar hasta que se enteró de que, en realidad, estaba trabajando en la competencia, Gucci de la calle Libertad donde laburé hasta justo el 5 de junio en que me enteré por la llamada del yerno de Pisk lo que había pasado con ella y con sus padres a cuya casa de Ezpeleta habían ido y se habían afanado hasta el calefón y el teléfono.
Los pocos que la nombran la dan como uno de los "desaparecidos" de la CNEA -la Comisión Nacional de Energía Atómica- adonde dicen que había renunciado en abril del 1976. Sé y me consta que ella laburaba en Pisk desde 1975.
El año pasado una delegación de la CNEA homenajeó a todos sus compañeros que habían sido secuestrados -como se decía entonces- y nunca más aparecieron poniendo una baldosa con los nombres de todos, entre ellos, el de Cristina.
Me invitaron a ir y fui... Y estuve durante el discurso y después poco a poco me fui caminando despacio por Libertador y llorando bajo los anteojos negros... y recordando nuestras veladas y nuestro humor, a pesar de los tiempos difíciles... Y me dije tantas cosas que terminé muy, pero muy bajoneada.
Hoy prenderé una vela a su memoria...
Y brindaré por los buenos tiempos que pasábamos como cuando los sábados íbamos a cenar juntas por los que ya no estaban... eh, Gorda?
Y ahora son más... Seguro estarás junto a mi hijo riéndote de algo o de alguien y seguirán haciendo de las suyas incluso con los animalitos porque ambos amaban a los animalitos...
A Cristina Onís
La gorda tenía.
Cuántos años
tenía la gorda
que ya no me
acuerdo.
Bueno, la gorda
tenía esos años...
Y le gustaban los
hombres
y los clasificaba
según su
comportamiento
en la cama
y le decíamos:
sabés que sos muy
puta, gorda?
Y ella se reía
y decía entonces
junto al río
junto a las
noches calvas
y despellejadas
que la vida es
una
y todo eso que
dice
y los ojos se le
amarilleaban
a la gorda
cuando Pedro Carpintero
ya tenía hacía
tiempo las balas
bien metidas
adentro
desde abril del
75
en la Panamericana.
Se le amarilleaban los ojos
también
cuando lo del Tano
y se le agrandaba
entonces la boca
insultando a los
asesinos
y se iba a comer
por lo que no
podían
comer los muertos
porque la vida es
una sola
y todo eso
y entonces se
cocina
para los amigos
y se es "Señorita
Mucho Gusto"
por la tele,
se imita a las
modelos,
se baila una
cumbia, un tango,
da lo mismo,
un paso doble...
La vida es un
paso doble
y hay que seguir
como si se
empujara
el Citroën rojo
hasta el 5 de
junio
en que los que
insultabas
con la boca ancha
nos blequearon
1976 veces,
gorda,
tu risa,
la risa
y tu risa será
una mueca
agrandada
terrorífica
si es que dios
quiere
que
todavía
algún
día, fuera del
sueño, fuera del insomnio
te volvamos a ver
vivita y
coleando,
como entonces.
Del § 1973-1977 - El fragor en De mortales y fantasmas.
Los brazos del olvido, 2009.
Parque Norte - Verano del 76 |
“POR SUPUESTO, NO ME
DEVOLVIERON LA ROPA”
Averigüé
por medio de la Policía, o sea con el SIDE, pagando en dólares, que me dijeran
algo de Cristina. Me dijeron que ella vive, que está fichada por subversiva, que saldría en libertad cuando no hayan terroristas.
No dijeron, sin embargo, el lugar en que se encuentra.
En el Regimiento Uno lo último que me informaron es que vive.
Primero que estaba en Villa Devoto, luego en la Cárcel de Olmos, después en una comisaría.
Todo esto es mentira.
Me hicieron que le llevara una muda de ropa, pantalón, camisa, un pulóver y la muda interior, unos mocasines. Esto fue el 6 de diciembre.
Por supuesto, no me devolvieron la ropa, me sacaron cien millones de pesos de los viejos.
Toda la gente se cansó de ir y protestar.
No fuimos más y el 10 de diciembre sacamos una solicitada en el diario La nación, más de tres mil madres y padres pidiendo por nuestros familiares, con un encabezamiento muy triste y desgarrador.
Nada.
Otra solicitada en el mes de septiembre en el diario La prensa.
Yo ando siempre por la Comisión de los Derechos Humanos, por todos lados.
Pagamos mucho dinero, nunca miramos, pero nada.
Las averiguaciones en la SIDE, en la policía de Marina, nada, aunque ahí dicen que saben todo.
Ando por todos lados, estoy mandando siempre telegramas al Arzobispado, al Presidente, al Ministro del Interior, al Comandante en Jefe del Ejército.
Siempre son colacionados, pero nunca me contestaron estos hijos de mil putas.”
Celia.
Marzo 21 de 1978.
Fragmento de la carta de Celia, la madre de Cristina que
inútilmente traté de ubicar para el acto del año pasado en
la CNEA, publicada en Sudestada Año I Nº 1, Amsterdam, 1978..
SUDESTADA publicada bajo la ingenuidaddel primer año de exilio!!! |
viernes, octubre 18, 2013
17 de octubre - 1965 -Patas en la fuente - Nicolás Olivari.
17 DE OCTUBRE 1965
Ya para las elecciones legislativas de marzo de 1965 nosotros, todavía adolescentes, habíamos hecho volantes a mano o en la Lettera prestada -en esos momentos, un lujo de última generación- en la que tipeábamos los stencils para luego imprimirlos en forma casera con el rodillo y la tinta. Aunque a veces tipeábamos directamente en papel que cortábamos en prolijos cuadraditos para arrojar desde los colectivos. No teníamos tanta guita para stencils. Sólo nos alcanzaba para ir al cine o a La comedia o al Colombiano en donde nos encontrábamos, entre otros, con Pablo E. y Héctor C., que fueron los que en realidad nos volcaron al peronismo, al peronismo combativo.
Vos hacías las
pintadas con alquitrán -no existían los
aerosoles - No se llamaban graffittis ni se contrataba una empresa. Los
pintabas vos con alguno que otro amigo. Yo no, porque a mí me hacían estar
temprano en casa.
En el 64 cuando hacía un mes que nos conocíamos, vos te
habías herido la mano y el 17 de
octubre lo dedicamos a cosas más íntimas en el cuarto gris de la calle
Antequera y ese día me llevaste al Club Comunicaciones y me presentaste a tu padre Horacio Torrado, el gran actor de radioteatro, del que todas las viejas -debían estar entre los 30 y 40 años, pero para nosotros eran viejas- del barrio me pedían fotos autografiadas.
Ya los cañeros de los ingenios
en Tucumán estaban levantiscos y en julio la CGT había iniciado su 5ª etapa del Plan de Lucha.Ese 17 de octubre de 1965 el Peronismo convocaba a un acto en Parque Patricios al que adhería la CGT y otro partidos políticos.
El Ministerio del Interior del gobierno “democrático” del ponderado Dr. Arturo Illía había prohibido el acto.
Era domingo.
Nosotros llegamos temprano porque veníamos de la
panadería de tu vieja y ni bien asomamos nuestra cabeza en el Parque empieza el kilombo con la montada y
motorizada.
Corridas, miguelitos, golpes, choques con la cana.
Total: 1500 detenidos .
Al día siguiente el Gobierno declara proscriptos a los gremios
“politizados”.
La CGT convoca a un acto masivo para el día 21 en repudio
de los hechos.
La afluencia, masiva desde todos los puntos de la Capital
y del Gran Buenos Aires.
La bronca, también masiva. Mucho más cuando se supo de
los obreros tiroteados por la Policía: uno, de la juventud comunista, Héctor Méndez, y dos, los peronistas José
Gabriel Muzzi y Ángel Norberto Retamar, baleados en San Justo. Muzzi murió en el acto.
Retamar estuvo luchando por su vida hasta el 1 de noviembre en que falleció.
Balance: tres muertos.
La lucha continuaría…
Las patas en la fuente Según me contara en una oportunidad el Senador Felipe Ludueña, él es uno de los jóvenes que remoja sus patas en la fuente de Plaza de Mayo. |
Agradezco al Cro. Pedro
Bevilacqua que me regaló en Cancionero de Perón y Eva Perón editado por Julio
Darío Dalessandro en donde está este poema de Nicolás Olivari:
donde el horizonte se fundía con la nada,
con salitre en la mejilla resecada
y una miel despavorida en la mirada
llegaron
los descamisados.
Desde
la fragua abierta cual granada de su sangre,
encajada en el molde de la muerte,
desde altos hornos pavorosos,
crudo fuego
enemigo
con las uñas carcomidas
y el cabello chamuscado en cansancio secular
sus mujeres desgreñadas por el hambre y sus
crías
que no lloran porque miran,
llegaron
los descamisados.
Sin
más arma que el cansado desaliento que en sus trazos se hizo hueco
frente al río enchapado de alquitranes y
petróleos,
solfatara de mil diablos expulsados,
del ansioso cielo antiguo de los pobres,
detenido en el asombro de su paso,
la pupila desbarrada en la angustia
esperanzada
en un hombre que hace luz en la tiniebla,
que levanta todo aquello que se daba por
perdido,
por perdido y para siempre,
llegaron
los descamisados.
Desde
el otro lado de los puentes destruidos
por la mano codiciosa de los despechados
con un grito silencioso en la grieta de los
labios,
clamoroso, esperanzado,
latir azulceleste en las venas que se crispan,
levantando los racimos en las manos,
hacia un hombre presentido,
que vibraba delicado,
llegaron
los descamisados.
clausurada de bondad,
patinada
por el antiguo sudor de sus familiares,
invadieron la ciudad
y el grito fue invadiendo las conciencias
hasta hacerle claridad.
Claridad
junto al Líder recobrado
por su pueblo, el gran pueblo, solo el pueblo,
y para siempre... para siempre, desde entonces
es nuestro, solo nuestro, recobrado por el
pueblo,
en aquel día de gloria que empezó oscuro y
trágico
hasta hacerse claridad,
cuando el nombre iluminado,
mi prójimo y vecino, mi compañero y hermano,
lo rezaran con el alma, cuando llegaron
los descamisados.
Nicolás Olivari.
Publicado en Democracia,
16 de octubre de 1952
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