Casi nunca voy a presentaciones de mis colegas escritores, no por nada, sino porque casi siempre a la hora de las presentaciones tengo o que dar clase o que laburar o algo por el estilo. Pero esta vez estuve en la presentación LOS “GALLEGOS” EN EL IMAGINARIO
ARGENTINO. LITERATURA, SAINETE, PRENSA, ese libro que refleja las investigaciones dirigidas por María Rosa Lojo y que hicieron además Marina Guidotti de Sánchez y Ruy Farías, cuyo nombre me sorprendió porque al otro único Ruy vivo que conozco es a mi hijo Mariano Ruy.Y también me sorprendieron el texto y las palabras de María Rosa sobre mis gallegos abuelos de Domingo en el cielo. No dejaron de emocionarme y sentirme flatterd, halagada y mucho más cuando leí lo que escribió.
ARGENTINO. LITERATURA, SAINETE, PRENSA, ese libro que refleja las investigaciones dirigidas por María Rosa Lojo y que hicieron además Marina Guidotti de Sánchez y Ruy Farías, cuyo nombre me sorprendió porque al otro único Ruy vivo que conozco es a mi hijo Mariano Ruy.Y también me sorprendieron el texto y las palabras de María Rosa sobre mis gallegos abuelos de Domingo en el cielo. No dejaron de emocionarme y sentirme flatterd, halagada y mucho más cuando leí lo que escribió.
Después fui a otra presentación a la que no podía dejar de ir porque era la del libro La orilla familiar de Ana Guillot con quien presentamos juntas nuestro último libro de poesía el 21 de mayo de hace diez años, pero juntas con Enrique Puccia (h) que ahora no está. Sin embargo esa noche estuvo y estuvo Mangieri. Entre nanas cantadas en catalán por María Heinen, evocaciones y observaciones de Susana Swarc y María Rosa Lojo y palabras de Alejandrina Devescovi, Ana habló, leyó, hizo que realmente esa noche fuera un festejo a la poesía y sobre todo a lo mejor de la poesía, la amistad. Y por supuesto con Freixenet, para algo estábamos en la Casa de Catalunya!!!
Por eso, en honor a estas amigas y a la poesía, voy a poner, con el permiso de Ana un poema suyo:
14
hay una calle divergente
desde esa empalizada abierta
-madre, que lo extraño-
y ella cose
la fisura
que hilvana un dobladillo
de ecos
-madre, madre, madre- diciendo
que ha vuelto la mirada
de tanto enhebrar hilos
de pespuntear el molde
sin él
que ha machacado horchatas
hasta soltar el jugo
como una pantera alimentando
en medio de la noche
una sirena quiebra
el descanso
auguran que habrá guerra
y el silencio es
una contundencia
como si estuviera vivo
el final
Ana Guillot
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