Raúl –Cacho- Santana
RIP!
Otro gajo de nuestra vida que se nos
va....
In memoriam
Cuando anoche me enteré por Facebook por el post de Miguel Levy de la muerte de Cacho Santana -como lo llamábamos- puse:
«¡Noooo!
El loco Santana! Qué terrible!! y una perífrasis de Julián Centeya:
Se nos están yendo las cosas... [la gente], negro...
Y eso no tiene remedio! RIP!».
A los pocos minutos me llamabas vos y te contaba y te agarró una terrible angustia... Y me sentí como si fuera Andresito Bellagamba que, en el pueblo de mi familia paterna, era el portador de malas noticias... Pero vos no sos de estar en redes... y yo también estaba y estoy triste porque así, poco a poco, se nos va desgajando, desgranando parte de nuestra vida también.
Lo
conocí a poco de empezar a salir juntos nosotros... allá por 1964, en La Comedia.
Raúl
se había criado en el corazón del barrio de Constitución en la casa en donde su
madre tenía una fonda en Salta y el Pasaje Ciudadela. A la vuelta estaba el entonces
Teatro Variedades construído por
el arquitecto alemán Karl Nordmaan -el
mismo que construyó El Coliseo-
situado frente a la Plaza en una manzana chica entre Garay y Salta con entrada
por Lima 1615. Inaugurado el 11 de mayo de 1909 por la Compañía de la artista
italiana Emma Gramática con la obra Divoziamo
del francés Victorien Sardou, tenía muchísimo movimiento de distintos grupos
teatrales extranjeros y nacionales, entre ellos el del Director Enrique de Rosas con quién debutó
nada menos que Luis Arata en 1914. Una
vez terminada la función, los artistas y toda la gente de atrás de bastidores
marchaba a la Fonda de la Mamá de Cacho a comer y tomar como corresponde y así,
de ese modo, los artistas habitués eran
el salvavidas ecónómico de la familia.
El
Variedades era un verdadero lujo
en la zona hasta que fue derribado en 1961. Y en ese ambiente mezclado con el
del otro público del barrio, Cacho se fue criando, abriendo los ojos y los
oídos aprehendiendo todo lo que volaba por el aire, sobre todo, las palabras, la
belleza, la sofisticación y la realidad a veces extravagante y lejana...
En
la época en que lo conocí compartíamos los mismos cafés de Corrientes y vos lo
conocías desde tu nacimiento porque te llegó a acunar entre sus brazos.
Con
los de su generación formaban un grupo desigual en algunas cosas y compacto en
otras... Allí estaban, además de Horacio
Pilar, Norberto Vilar, tu hermano mayor, Jorge Labraña, Miguel Levy... Y
nosotros éramos casi tangentes por, justamente el conocimiento que tenían de
vos... Aunque no éramos del todo ajenos.
Cacho
Santana estaba casi siempre en compañía de Horacio Pilar, con quien solía
formar una dupla histórica con afinidad de gustos, con alternancia de ideas,
con objetivos comunes, pero con ese signo que solía identificar la porteñidad:
la amistad.
Por
esos días se lo veía atronar con su voz particular y su estilo imponente los
bares de Corrientes intentando ser una especie de Maiakovski porteño bajo la
Cruz del Sur y de cara al Obelisco.
Y
no se lo podía ignorar como tampoco a Pilar que era casi lo contrapuesto en
discreción... La poesía de cada uno de ellos era particular y propia como
propia era su voz. Sólo que Cacho Santana, que tenía, además, la habilidad
prodigiosa de haber ejercitado la memoria
-no sé si con el mismo método que utilizaba Horacio Ferrer o con otro-, se permitía repetir poemas propios
y ajenos sin temor al furcio o a la equivocación. Incluso se cuenta que Horacio
Pilar se olvidó de algo que había escrito y lo recuperó gracias a la memoria
elefanteásica de su amigo...
En
esa época era esencialmente poeta.
. Entre sus publicaciones están Diario de metáforas en 1971, Lengua Materna, 1981 y Mácula, 1986.
Los
caminos se dividen...
Los
caminos se juntan...
Fue
periodista especializado en arte y sobre todo gran conocedor del arte del Siglo
XX y XXI.
Colaboró
en Pluma y pincel, Pájaro de fuego, La Opinión,
Clarín, Confirmado, Tiempo Argentino, Página 12, Artinf y Arte al día.
En
Arte Argentino Contemporáneo -Editorial
Ameris, Madrid, 1979- hay artículos de él sobre Rómulo Macció, Kenneth Kemble, Carlos
Gorriarena, Alberto Heredia, Marta Peluffo, Pablo Suarez, Héctor Giuffré y Florencio
Méndez Casariego.
Escribió los ensayos Héctor Giuffré: una apertura hacia lo real, 1980..
Además
de artículos y estudios sobre Leopoldo Presas, Emilia Gutiérrez, Eduardo Lozano,
Mariano Sapia, María Luz Seghezzo, Gertrudis Chale, Miguel Ocampo, Elena
Visnia, Antonio Seguí, Juan Cavadas, Ernesto Deira, Jorge de la Vega, Luis
Felipe Noé, Alfredo Gramajo Gutiérrez, Ramón Gómez Cornet, Roberto Páez,
Armando Sapia, Alejandro Argüelles, entre tantos otros.
Cuando
ya el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de Buenos Aires había dejado de estar en el Centro Cultural Gral.
San Martín para pasar a San Juan 350, rebautizado MAMba, fue su director entre
1991 y 1997.
De
su gestión se recuerdan exposiciones como la de 1993 del alemán Joseph Beuys
[1921 – 1986] que era un verdadero vanguardista del Grupo Fluxus [con gran desarrollo en Europa, Estados Unidos
y Japón a partir de mediados de la década de 1960]. Beuys había trabajado con
medios y técnicas clásicas de la escultura y la pintura en combinación con la
performance, el happening e incluso el uso del video y diversas instalaciones
de otro tipo.
En
1994 organizó la exposición del Grupo
CoBrA, uno de los movimientos artísticos más importantes del Siglo XX,
fundado originalmente en París en 1948 por el artista danés Asger Jorn y el
poeta y pintor belga Christian Dotremont. Fue interrumpido por ciertas
disidencias en 1951, pero como ya estaba diseminado entre los Países Bajos,
Bélgica y Dinamarca tomó ese nombre de sus capitales como acrónimo de
«Copenhague, Bruselas, Amsterdam» que eran las ciudades de origen de sus
fundadores. Llegó a editar diez números
de la revista homónima ya que sus miembros eran polifacéticos cultivando
también otras artes como la poesía y la música. Allí estuvieron desde el
arquitecto neerlandés Aldo Van Eyck al pintor francés Jean Dubuffet, al
escritor neerlandés Hugo Claus, al pintor y poeta Lubertus Jacobus Swaanswijk -conocido por el seudónimo de «Lucebert»-, el
pintor francés Jean Michel Atlant, entre otros. Al principio muchos adherían al
comunismo, del que se fueron alejando por razones tanto políticas por estar
contra el totalitarismo como por razones estéticas porque también estaban en
contra del “realismo socialista” y ellos se basaban desde lo ingenuo y lo
situacional a la creación vanguardista.
En
el MAMba también organizó las muestras de los argentinos Carlos Gorriarena,
Clorindo Testa, Alberto Greco y Narcisa Hirsch, etc.
Integró
jurados a nivel nacional e internacional.
En
1993 fue distinguido por el gobierno francés con el título de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.
En
2002 y 2003 se desempeñó como Director del Palais de Glace, de Buenos Aires. Y después, como asesor y curador en el Centro
Cultural Recoleta.
En
2006 publicó Huellas del ojo. Una mirada
al Arte Argentino y en 2017, Escritos
del Arte Argentino.
Y
en 2010, su antología poética Gramática
de la fuga.
Si
pasábamos por su casa de Colegiales – Palermo a veces le tocábamos el timbre y
allí le dejaba yo nuestras publicaciones.
En
1996, cuando Enrique Puccia hijo organizó
la Antología Oral de la Poesía Argentina
en el Centro Cultural Gral. San Martín compartimos la misma mesa de lectura...
si no me equivoco, también estaba Horacio Pilar. Yo, emocionada, porque los
veía como una especie de guardaespaldas poéticos míos...
La
última vez que lo vi, creo que fue en 2010 cuando presenté mi último libro de
poemas De Mortales & Fantasmas – Los brazos
del olvido en el Centro Cultural Recoleta, lo saludé y lo invité, pero,
para lo que era él o lo que nosotros conocíamos de él, estaba bastante
retraído.
Vivió
por el mundo desparramando ideas, poemas y voces.
Y
así seguirá en donde se encuentre...
©® Ana Sebastián, Memorias impertinentes, 2021.
Lengua materna
Boca desnuda y ávida
con obstinación despegas los labios
alimentas una garganta que hace flamear la lengua
como si esa imitación del viento
restara muerte.
Conversación de otoño
Mañana
limpia bulliciosa,
mi hija
conversa con un pájaro
acerca
del aroma de una hoja de limón.
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