Para muchos los 12 de octubre fueron siempre el Día de la Raza y en la escuela nos
enseñaban que un genovés, Cristophorus Colombus -Cristóbal Colón- que había
zarpado del Puerto de Palos de la Frontera, Huelva, Andalucía con tres
carabelas La Santa María, La Pinta y La Niña, con marineros y con presidiarios
que eran su tripulación para buscar las tan preciadas especias y que también
este aventurero de Colón quería probar la redondez de la Tierra y una obra de
tecnología, la brújula.
También nos contaban que, cuando cundía el desaliento, un
marinero sevillano conocido como Rodrigo de Triana, desde la carabela La Pinta
avistó y gritó: "¡Tierra!"
y esas carabelas que eran realmente cascarones en el Atlántico -como se puede ver en la réplica de
cualquiera de ellas- llegaron a un lugar
desconocido que luego se supo que era la Isla de Guanahaní, una de las islas
Bahamas, y allí se encontraron con los arawaks
- arahuacos - taínos, pueblos gentiles y no beligerantes...
Después nos contaban que Colón, después de un interrogatorio
sumario que le hicieran en su tercer viaje cuando alguien -de esos que nunca faltan- envió al Juez Pesquisador Francisco de
Bobadilla a Santo Domingo a ver qué
pasaba y Colón y sus más cercanos fueron
metidos en una nave o não como se las
llamaba y enviado a Cádiz adonde llegó el 25 de noviembre de 1500 y los encarcelaron
en el Castillo de la Vill en donde estuvieron hasta que Isabel y Fernanda se
enteraron de la situación y lo mandaron liberar y lo hicieron ir a Granada y después de comunicarle que “su prisión no había sido hecha por su orden
ni voluntad y, antes les había desagrado mucho, y lo proveerían de modo que
serían castigados los culpables y se le darían entera satisfacción”.
Todo vuelto a la normalidad, Colón siguió su curso y partió
esta vez de Cádiz para su cuarto viaje el 1502.
Volvería a Sanlúcar de Barrameda en noviembre de 1504. El 20
mayo de 1506 moriría en Valladolid adonde llegó enfermo. Se moriría sin saber que había descubierto un mundo que
tenía mucho más que especies. Ahí fue la primera globalización.
Primero despellejado, sus funerales fueron en la iglesia de
la Antigua y luego su cadáver fue al Convento de San Francisco. Tres años
después su hijo Diego fue a buscar y con su primo trasladaron los restos de su
padre a la Cartuja de Sevilla. Años más tarde, muerto Diego em 1526, su esposa, la Virreina
Doña María de Toledo, hace trasladar los restos de ambos desde Sanlúcar de Barrameda
a Santo Domingo en un viaje en el que participa Fray Barlolomé de las Casas. Y
allí estuvo hasta 1795 en que, debido al pacto entre España y la República
Francesa se le cedió la Isla La Española y se ordenó trasladar los restos a la
Catedral de La Habana en donde se encontraban hasta que España perdió la guerra
con Estados Unidos de Norteamérica y ahí también retiran los restos y los
llevan a la Catedral de Sevilla en donde ahora se encuentran. Recién hace pocos
años se pudo comprobar que eran los restos auténticos gracias a los estudios
comparados de ADN realizados por la Universidad de Granada en 2006 y comparados
con los de sus otros descendientes que sufrieron menos peripecias.
La primera vez que se conmemoró el 12 de octubre fue debido
a una idea del Dr. Faustino Rodríguez – San Pedro que había sido Ministro de
Educación en España y propuso -siendo
Presidente de la Unión Ibero-Americana- propuso la celebración de un día común
y se eligió por lo simbólico el 12 de octubre. Se celebró por primera vez en
1914 en España y en Argentina fue instituído como Día de la Raza por Decreto del
Presidente Hipólito Yrigoyen en 1917 y así se mantuvo durante décadas.
Otras de las peripecias del pobre Colón, su hijo, los
cronistas, en fin, es que, cuando se trata de ubicar sus en la literatura, los
españoles lo meten en la española y la mayoría de los americanos los ponemos en
la hispanoamericana. Si bien ellos traen su bagaje lingüístico -aunque representaran al Reino de Castilla- ,
no justamente sólo castellano, también traen el andaluz, el genovés, el
lusitano…, se encuentran ya con una serie de elementos que confirman lo que
diría siglos más tarde Ferdinand de Saussure: la lengua cambia con el tiempo y
con el espacio. Y estos que zarparon de las costas españolas no se van a
encontrar con una naturaleza, otras razas, otras costumbres, otros fenómenos
que no sólo van a marcar un cambio en los hábitos de la lengua. Sólo unos
ejemplos: desde huracán a caníbal, de tiburón o caimán o iguana, de canoa, piragua a carey, de enagua a hamaca. Ni
hablar de la comida: ají - tomate, maíz, maní, awacate o palta. O lo que ellos llaman patata –con sus derivados en casi todas
las lenguas europeas- por haber confundido la papa con la batata. Y así
como nosotros no podríamos ser como se nos llamó gente de a caballo, Europa no hubiera tenido un podido tener un Van
Gogh que pintara Aardappelerseters – Los comedores
de papa… Y ni hablar de XOCOLATL que,
siendo náhuatl, se convirtió en una de las delicias del mundo y de los mejores
productos suizos, belgas, holandeses, franceses.
El 12 de octubre se celebra hasta en Estados Unidos de
Norteamérica como Columbus Day.
Pero no todo iba a quedar ahí hasta que a un señor de la
calaña del Tirano Banderas o peor que cualquiera que haya imaginado a un
dictador dentro de la novelística del realismo mágico, se le ocurrió -teniendo patronímicos en –ez y –ía [bien ibéricos] no sólo cambiarle el nombre en su país. Tenía
que venir a meter la cola de iguana en donde no sólo no correspondía sino que
logró -en tiempos de neohabla orwelliana- que se cambiara el nombre de esta celebración
también por Decreto por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.
Pero no quedó sólo en eso… Mirando desde la Casa Rosada, al
ver la estatua de Cristóbal Colón, sugirió que la estatua del Descubridor de
América -tal vez a alguno se le ocurre
proponer también cambiarle el nombre al continente porque remite a un navegante
y cronista italiano Américo Vespuccio- no podía estar en un lugar como el que
estaba y no podía haber estatua de ese personaje nefasto porque era un
conquistador… Bla… bla… bla… Confudir
a un descubridor con un conquistador no sólo indica ignorancia sino prepotencia
cuando viene del poder. Pero lo escucharon.
Y lo peor es que se ensañaron con la estatua que Antonio
Devoto –que da nombre al barrio conocido homónimo-, ofreció en agradecimiento de
la comunidad italiana residente en el país en el Centenario de nuestra
Revolución de Mayo cuando se puso la piedra fundamental. La estatua de mármol
de Carrara hecha por Arnaldo Zocchi en Italia y transportada en partes fue
rearmada por él mismo e inagurada en 1921 a un costado de Paseo Colón -que antes se llamaba 9 de Julio- frente al
Puerto y a pasos de la Casa Rosada.
Y lo escucharon tanto que la devastaron…
Poco quedó sin destruir…
Seguro que Cristophorus
–el portador de Cristo- Colombus –paloma
macho- no se amilana… Su alma de aventurero debe estar sonriendo en enésimas
vidas y sabe que su nombre no es uno cualquiera.
No se amilana...
¡¡Adelante con Cristóbal Colón a su lugar de origen!!