sábado, marzo 28, 2015
Argentino metropolitano: "Bueno y nada más"
Argentino metropolitano: "Bueno y nada más": ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO 1901-1951 “Bueno y nada más…” Cátulo Castillo
domingo, marzo 22, 2015
Serie: Textos de escritores amigos I
José Rentes de Carvalho
Conocí a José cuando entré en 1978 al
Spaans Seminarium de la GU o Uva, la Gemeentelijke Universiteit van Amsterdam,
en ese edificio que se conocía como el Maupoleum,
en la Jodenbreestraat en donde yo estudiaba… Allí cursé y rendí con él Lengua y
Literatura Portuguesa. Rentes era ya un escritor conocido en Holanda y era todo
un personaje muy especial, muy cáustico, corrosivo, con una ironía inteligente
y una velocidad que a mí enseguida me atrajo. No era fácil para nada. No me
refiero a la materia, sino al profesor, pero conmigo, todo bien.
Me gradué en 1982, dos días antes de la
Guerra de las Malvinas, y al poco tiempo me convertí en colega.
Empezamos a construir una amistad con él y
su esposa Loekie más allá de los encuentros en el Maupoleum. Luis y él se
llevaban bien porque ambos tenían pasión por la fotografía artística y
documental y se dedicaban, entre otras cosas, también a eso y a hablar de eso.
De modo que, dos por tres, nos invitaban a
ir a su casa en la parte linda del Bijlmermeer, una especie de ciudad
dormitorio con edificios que podrían compararse con los monoblocks de Villa
Lugano y que empezan a deteriorarse y a tener mala fama. No justamente en el
que vivían los Rentes de Carvalho, pero sí en el resto de los edificios. Como queda
en las afueras, se llega con el metro que sale a la superficie a determinada
altura del recorrido y en esa época se llenaba de personajes que parecían
salidos de las líneas del subte de New York que iban al Bronx o a Haarlem.
Un día, me lo cruzo a José en el ascensor
del Maupoleum adonde íbamos cada uno a su oficina porque allí los profesores
teníamos una oficina propia y entonces nos invita a comer ese fin de semana. A
lo que yo respondo con un rotundo: “¡No, este
fin de semana, no! Estoy terminando una novela… Y ahí bajamos del ascensor.
Pero José no es una persona a la que se le pueda decir algo así y lo olvida o
se desentiende, al menos conmigo no.
La semana siguiente nos volvimos a cruzar y
me preguntó: “¿Y terminaste la novela?
Yo: “¡Sì!”
José: “Bueno, traémela.”
El viernes de esa misma semana combinamos y le dimos la carpeta
con el original. Era mi primera novela… y nadie, salvo Luis, la había leído.
Ese fin de semana, como un pájaro carpintero, Luis me machacaba: “Conociéndo lo hipercrítico que es José…
creo que no le gustó… si no, te hubiera llamado…”
El lunes suena el teléfono. Era José: “Empecé a leer tu novela en el metro y no había terminado una página y
miré a mi alrededor y ví ese mundo… y pensé: «Esto no es para leer en este
ambiente…» Y me la llevé a casa y la leí de un tirón. ¿Tenés editor? Porque, si
no, yo tengo uno que le va a interesar…”
Yo no sabía si saltar, llorar, le agradecí y dije que no tenía
editor… Y en cuanto corté hice un escándalo de risas y llantos y de alegría y
emoción sobre todo por la aprobación de José…
Y José, convertido en un genio de esos que
salen de las lámparas maravillosas cuando las frotás, me mandó al editor. Contrariamente a lo que suele suceder acá y
en general, el editor, Kees van der Hoek, vino a mí y se encargó de todo:
traducción, fotógrafo, diseño, edición, presentación, prensa, cocktail y hasta
el último detalle que se necesita para lanzar un libro que era como dicen los
posters que mandó a hacer para la novela
– debut de mi persona.
El 28 de noviembre de 1986 tuvo lugar la
presentación de De eerste fakkels en
la librería Allert de Lange de P. C.
Hoofstraat 97 –la calle más cheta de todo Amsterdam-. Y, por supuesto, José era
quien la presentó como correspondía… Y así empezó mi carrera literaria en
Nederland.
De modo que no hay forma de que inicie esta
serie con otro. Es lo debido, lo que José se merece…
Brigadão, José, amigo!
Presentación de De Eerste Fakkels - Abrazo con José Sonriendo de brazos cruzados Kees van der Hoek 28 noviembre 1986 |
José Rentes de Carvalho*
El chaleco de fuerza
Domingo.
Como gran excepción y porque no siempre consigo escapar al chaleco de fuerza
del trato social, fui allí ayer como con expectativas, al almuerzo sustancial
prolongado en un sinfín de risas y conversaciones.
Volví knock
out, dormí nueve horas de un tirón, y recordando ocasiones semejantes me
fui a buscar este viejo texto:
Sin llegar a ser lo que se diría huraño
como el peludo,** no me puedo considerar medianamente sociable, puesto que,
además de poseer una capacidad limitada para la convivencia, mi paciencia
soporta mal la mayoría de las conversaciones.
Francamente, no me interesa saber lo que
éste o aquél sintieron al visitar las Pirámides, o cual es ahora el precio del capuccino
en las explanadas de los Champs-Elysées.
Menos todavía que en la Plaza de San Pedro, con otros veinticinco mil,
recibieron la bendición del Santo Padre. Que la suegra tuvo que ser operada de
un quiste en el pescuezo o que, debido a la escandalosa subida de los precios,
ya no vale la pena comprar una casa de veraneo en la Dordogne.
Las visitas, son pocas las que me gustan,
pero las cenas, que siempre fueron para mí un momento agradable del día, en
algunas ocasiones, y con ciertas compañías, empezaron a transformárseme en
martirio.
Fatiga de la edad, impaciencia innata, el
caso es que las más de las veces, después de horas a la mesa, no consigo evitar
que mi rostro revele el aburrimiento, que los ojos busquen el vacío, el cerebro
se me nuble y la lengua se niegue a participar en la conversación.
Me transformo en un anfitrión arisco, aunque,
por los buenos modales, no afecta a los invitados. Indiferentes a mi humor, continúan
hablando del Papa y de la Dordogne, y
del quiste, y de la mala calidad de la hortaliza, y de lo que vieron ayer en la
tele. Incansables, repiten las Pirámides, el precio del cappucino,
recuerdan la puntada que una vez sintieron a la salida del teatro, renuevan sus
pequenísimos intereses. Muestran las botas que, regateando, compraron en Lisboa
por diez reales, una pichincha. Descifran minuciosamente las razones de la
caída del índice de la Bolsa…
Dos, tres, cinco, las horas se arrastran,
mi cabeza desvaría, se me revuelve el estómago, me falta el aire. Me siento
exhausto, tironeado por el contradictorio esfuerzo entre parecer cortés y
disfrazar la misantropía.
José firmando en Feria Libro Lisboa 2012 |
* José
Rentes de Carvalho: escritor nacido en Vila Nova de Gaia, en la orilla
izquierda del Duero, en el norte de Portugal, en 1930, vivió un tiempo en
Brasil y durante muchos años fue profesor de Lengua y Literatura Portuguesa en
la Faculteit van Letteren de la Gemeentelijke Universiteit van Amsterdam.
Actualmente vive parte del año en su ciudad natal y otra, en Holanda.
** N. T.:
Se refire al animal que, por sus características hoscas, se usó, entre otros,
como mote del Presidente Hipólito Yrigoyen. En el original es bicho-de-buraco.
®©José
Rentes de Carvalho, 2015.
Fuente:
tempocontado.blogspot.com
®©Versión
libre autorizada, Ana Sebastián, 2015.
lunes, marzo 16, 2015
123º aniversario
del nacimiento de César Vallejo
Hoy es el 123º aniversario
del nacimiento de César Abraham Vallejo Mendoza -conocido
en el mundo como César Vallejo-, nacido en Perú, en Santiago de Chuco, un 16 de marzo de 1892 y muerto en París un 15 de abril de 1938.
Leí y admiré a Vallejo desde mis trece años cuando Juan José Fanego me lo recomendaba y no sé si -con las vueltas de nuestra vida- no tengo todavía ese ejemplar que se salvó de la historia.
No sólo lo leí y lo admiré... También en mi adolescencia lo imitaba, estimulada justamente por Juan que
era, junto con su prima Graciela, uno de mis primeros lectores. Juan
José Fanego, el gran poeta argentino, prácticamente desconocido. Leí y admiré a Vallejo desde mis trece años cuando Juan José Fanego me lo recomendaba y no sé si -con las vueltas de nuestra vida- no tengo todavía ese ejemplar que se salvó de la historia.
Por razones de militancia empecé a escribir una especie de cancionero en romances asonantes, alguno de cuyos poemas terminaron como lápidas de bronce de las tumbas de los compañeros o encontrados bajo el colchón del Negrito Burgos en la Villa Itatí después del infausto tiroteo en que murió en Turdera junto al Churi Escribano.
Y seguí así hasta 1973 en que Paco Urondo me mandó una crítica, indirectamente por interpósita persona, desde la cárcel de Devoto a esa manera de escribir diciendo que yo era porteña, usaba superminis, era una pendeja y no podía seguir con el romance… por más que los compañeros no entendieran, que fuera yo, mi propia voz.
Y ahí volví a mi yo poético, gracias a la crítica dura, pero de onda, como se diría ahora de Paco.
Durante
muchos años los poetas hispanoamericanos se dividían entre nerudianos y
vallejianos y yo, por supuesto, tenía mi opción hecha desde el principio:
vallejiana…
Claro que evidentemente uno no ve en sí lo que otros ven. Y uno es también lo que otros ven y hace unos años me presentaron a un poeta muy conocido que en cuanto le dijeron mi nombre, acotó: “¡Ah, Ana Sebastián, la tuñoniana…!” Y la verdad, también tenía razón.
Claro que evidentemente uno no ve en sí lo que otros ven. Y uno es también lo que otros ven y hace unos años me presentaron a un poeta muy conocido que en cuanto le dijeron mi nombre, acotó: “¡Ah, Ana Sebastián, la tuñoniana…!” Y la verdad, también tenía razón.
Pero hoy es el día de homenaje a Vallejo, señores, a ese poeta que tenía dos años menos que mi abuela y se murió en París como él predecía…
Ese poeta que, como León Felipe, tenía su fe heterodoxa, fue calificado por Thomas Merton «el más grande poeta católico desde el Dante, y por católico entiendo universal».
Martin Seymour-Smith lo consideró «el más grande poeta del siglo XX en todos los idiomas».
Seguramente es uno de los más grandes de nuestro continente y tal vez el que mejor supo cantar al dolor de la guerra civil española o al menos en un tono diferente en España, aparta de mí este cáliz.
Niza - 1929 |
De
cualquier modo siempre lo sentí muy cerca de mí y cuando puedo lo recito, lo doy, trato de hacer que a la gente le guste...
Porque era un heterodoxo también en la poesía.
Porque era un heterodoxo también en la poesía.
Cuando una vez tuve que
dirigir un Seminario de Literatura Hispanoamericano en la Universidad de Amsterdam para quiénes iba a hacer
su tesis que yo iba a dirigir y les dije que iba a dar poesía, los estudiantes se pusieron como locos y
cuando les di el programa y vieron que estaba Vallejo, peor. Pero dos de diez terminaron
escribiendo su tesis sobre poesía y uno, sobre Vallejo.
Hay golpes en la vida, tan
fuertes... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios, como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡yo no sé!
Golpes como del odio de Dios, como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡yo no sé!
Son pocos, pero son... Abren zanjas
oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos
del alma
de alguna fe adorable que el destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
de alguna fe adorable que el destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre... pobre... pobre…vuelve los ojos
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan
fuertes... ¡yo no sé! como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
como charco de culpa, en la mirada.
Y no puede faltar: Piedra negra sobre una piedra blanca
Me moriré en París, con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
Y aquí va mi
Vallejiana escrita seguramente bajo otras lluvias, pero tan asiduas como las parisinas…
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...
Y aquí va mi
Vallejiana escrita seguramente bajo otras lluvias, pero tan asiduas como las parisinas…
dónde morirá
de hambres perdidas
y duelos truncos
dolientes
dónde
esconderá sus ojeras
aleteantes
bajo tierras dóciles
e inhóspitas
insegura
de morir con lluvia
de jueves parisino
ni humedades rioplatenses,
pero certeros
olvidos y penas, rayes,
baldías ilusiones y vida también...
de hambres perdidas
y duelos truncos
dolientes
dónde
esconderá sus ojeras
aleteantes
bajo tierras dóciles
e inhóspitas
insegura
de morir con lluvia
de jueves parisino
ni humedades rioplatenses,
pero certeros
olvidos y penas, rayes,
baldías ilusiones y vida también...
®
© Ana Sebastián, De Los brazos del olvido,
2011.
domingo, marzo 08, 2015
8 de marzo
Como muchas veces
dije, nunca celebrábamos el Día Internacional de la Mujer porque considerábamos
que éramos compañeras de nuestros respectivos hombres. Realmente me desayuné acerca de esta
celebración cuando vivía en Holanda.
Día internacional de la mujer
Para mí es y será
el día del asesinato de mis amigos hace 44 años en Rincón de Milberg, Diego Ruy
Frondizi y Manolo Belloni, como lo conté tantas veces aun en El ballenato. Ver posts de los 8 de
marzo anteriores.
Pero siempre,
además, hago una diferencia entre la mujer emancipada
y la feminista que le falta dar el
paso para la emancipación y que muchas veces guarda el resentimiento de no ser
lo que querría ser.
Y me niego a hablar
de género porque el género me hace
pensar en una fábrica textil, en las algodoneras del socialista utópico Robert Owen en New Lanark o en la
que estaba en la calle Córdoba o en la fábrica Grafa. O sea que hablo de sexo y cuando tengo que llenar un
formulario en el que, en vez de sexo ponen
género, suelo poner: seda.
De cualquier modo
este año no quiero repetir lo de siempre.
Quiero rogar que se
termine con el maltrato a las mujeres, no sólo la desigualdad laboral o de
oportunidades, los golpes, las violaciones, el abuso en todo sentido…
Quiero llamar la
atención sobre la cantidad de sociedades en que es normal someter a las nenas a
la clitoridectomía -supresión de clítoris-, en las que las minas son usadas
como esclavas…
Quiero llamar la
atención al ninguneo y el asesinato en masa simplemente por haber nacido mujer…
Y aquí voy seguro a
discrepar con muchos “relativistas culturales” que sostienen que cada cultura tiene
derecho a hacer lo que es atávicamente suyo…
No!!! De ninguna
manera, no!!! Y menos en un mundo -guste o no- globalizado… Que eso quede para
el Medioevo.
No se puede
disculpar el estupro porque en esa cultura está permitido…
Ni el asesinato de chicas por razones supuestamente reivindicativas de una cultura ancestral…
Ni el asesinato de chicas por razones supuestamente reivindicativas de una cultura ancestral…
Ni la mutilación ni
la explotación y la negación por razones “culturales”!
¡Basta de
hipocresías! Y el que justifica estos maltratos y esta persecusión con esos
argumentos pseudointelectuales, que se someta a esos tratos si es
sadomasoquista o idiota.
Forzando a una nena a ponerse la burka |
Nena con burka |
Llevando a las mujeres al mercado de esclavas |
Dixi.
® © Ana Sebastián, 2015.viernes, marzo 06, 2015
MERCEDES ALAS
Amiga, después de
maestra
A
esta hora casi todos los 6 de marzo desde hace añares estaría cayendo a la
casa de la Lugones casi Avenida de Los Incas que logró comprar en los
años setenta cuando, a fuerza de laburo de toda la familia, se pudo mudar del
inquilinato de la calle Ginebra y, después de nuestra vuelta de Nederland, estaría cayendo a la
de La Haya, en pleno corazón de Parque Chas para celebrar el cumpleaños de Mecha
Alas.
Es
el primer 6 de marzo desde que nos reencontramos las dos con cáncer en la
Pizzería La villa de Acha y Monroe que no estoy llegando a su casa a esta hora…
Salvo el del 2013 que no quiso festejar porque estaba mal por la metástasis y
la quimio.
Caía
a esta hora con algún regalo que había que pensar mucho porque no era fácil… y
el infaltable champagne porque Mecha era de las mías cenaba con champagne. Y
ahí ella, cuando estaba bien, había preparado la cena desde días antes desde
comida árabe a sushi, o había comprado lo correspondiente para que cada uno
estuviera bien atendido –como en su casa-
Cumple Mecha 2012 |
Cumple Mecha 2012 |
Cumple Mecha 2012 |
Trasnoche Cumple Mecha 2012 |
Con los hijos hace un año - 2014 |
Con nueras hace un año |
Con nietos & ainda mais hace un año |
Bueno,
ésa era una Mecha auténtica. Atila, como la llamábamos algunos pocos
íntimos… algunos compañeros porque Atila también se supo jugar en los tiempos
duros cuando había que jugarse y no andaba alardeando por ahí.
La
busqué en Facebook y no estaba tampoco…
Me
da pena que haya tanta pavada y no se la recuerde. Con una de sus alumnas del
Instituto de Arte Dramático estábamos pensando en hacerle un homenaje y nos
ganó su enfermedad…
Lo
primero que aparece cuando googleás “Mercedes Alas” es el Mercedes Benz Alas de
Gaviota cuyo precio de base no baja de 250.000 dólares. El mismo que tenía Perón en 1954 pero actualizado.
O sea que, Mecha, te
estarás riendo porque en la puta vida por más que acompañaras a Pavarotti o a
Carreras o tocaras La Malagueña en y Granada en todos los countries del país
y aledaños ibas a tener esa guita… Lo que sí algunos son casi del color de tu
pelo…
No
pienso romper los platos desde la terraza como lo hacías vos a fin de año ni
tampoco irme a Tchernobyl como hiciste un tu primer -y creo que único viaje a
Europa en donde reboleaste la peluca que cubría tu cabeza pelada por las quimios
de tu primer cáncer-. Pero sí pienso brindar esta noche a tu salud, a tu alma
que pusiste en manos de la Virgencita de las Flores, después de tanto
agnosticismo y a tus cenizas que no sé dónde están… Si las llevaron como vos
querías a El Bolsón… Aunque siendo lo
porteña y lo parquechaseña que eras tendrían que estar ahí, aunque sea en esa
fuente kitsch que hicieron en el centro de tu barrio.
Amiga,
como se dice ahora, copiando ese español neutro que te pusiste a estudiar… Yo te
había dedicado a vos, entre otros amigos, un libro en donde le doy con un caño al
español neutro, a los lunfardólogos y a todos los que se desentienden de
nuestra identidad lingüística y, cuando te lo llevé a tu casa, me lo agradeciste,
pero, cagándote de risa, me confesaste que vos estabas estudiando
doblaje y te reputié!
Amiga, ahora
tengo el tapado de piel de nutria salvaje de mi tía Elvira que te presté de por
vida porque vos lo ibas a poder usar en el Colón y eras muy friolenta por la
enfermedad y yo no uso piel verdadera muriéndose de risa o de polillas en un
placard. Pero vos te ocupaste de ponerlo en un listado para que tus hijos me
devolvieran.
Amiga,
tengo ese relicario de terciopelo que habías hecho en donde ponías recuerdos
importantes para vos e insignificantes para otros que, gracias a ellos, soy la
depositaria. Está acá en la galería de retratos familiares…
Y Amiga, Mercedes, Mecha,
Atila, personaje de novela que te cruzaste en nuestra vida mucho mucho mucho
tiempo, seguís aquí entre nosotros hasta la eternidad por los siglos de los siglos.
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