Ignacio Corsini *
Si hay algo
que nos puede trasladar a la infancia es un aroma, una flor, un ambiente, un
color, una melodía, una voz… Y una de esas voces es para mí la de
Ignacio Corsini…
Un 13 de febrero de 1891 Socorro
Salomone, madre soltera, daba a luz a Andrea Ignazio Corsini, en Troina,
Catania, Sicilia, Italia en donde supuestamente estaba el padre que, según
cuentan, nunca lo reconocería formalmente. Como tantos llegó a Buenos Aires en
1896 y se instaló con su madre en distintos lugares hasta que recaló en
Almagro.
Después se fueron a vivir a Carlos Tejedor
en la Provincia de Buenos Aires en donde trabajó como boyero y resero, o sea,
arreador de bueyes y de reses.
El mismo contó que fue allí en donde “Los pájaros me enseñaron la espontaneidad
de su canto, sin testigos, en el gran escenario de la naturaleza. Aprendí a
cantar como ellos, naturalmente y sin esfuerzo.” Y realmente su voz tiene
la suavidad de algunos pájaros.
En 1907 cuando volvió a Buenos Aires
empezó a cantar al estilo de Gabino Ezeiza y de José Betinotti, vecino de
Almagro como él. Corsini vivía en la actual Quintino Bocayuva, en esa época
Artes y Oficios Nº 567.
Allí conoció a José Pacheco y a su
esposa, Luisa Zannetti, pioneros del circo criollo que era tan popular por ese
entonces. Pacheco tuvo gran influencia en su vida porque no sólo lo relacionó
con los Podestá sino que era el padre de Victoria,
la que sería su mujer desde 1911 hasta 1948 en que falleció. El Dr. Ignacio
Corsini, su hijo, cuenta que eran tan pobres que se tuvieron que trasladar el
registro civil a pie.
Y así empezó a ser actor y lo que en
esa época se conocía como “cantor criollo” al principio en la compañía de José
Podestá y después en otras como las de José Arraigada, Colombo, Cassell. En
1913 conoció a Carlos Gardel en Bahía Blanca payando juntos en el Circo Cassano y desde allí fueron amigos
hasta la muerte de Gardel. Y fcon Agustín Magaldi completaban el trío de los cantores más populares de entonces.
Con el timbre de su voz, su cadencia tan
especial, su naturalidad empezó a grabar para RCA Víctor primero y después para Odeón.
Su gran éxito en el tango lo alcanza en
1922 a partir de la interpretación de Patotero
sentimental en El bailarín del cabaret
escrita y dirigida por Manuel Romero con la música de Manuel Jovés.
Cantó decenas de canciones de un modo
muy característico, entre otras:
La viajera perdida,
La que murió en París,
El adiós a Gabino Ezeiza,
Che, papusa oí,
Madame
Ivonne,
Grissetta,
Fumando espero,
Mimí Pinson,
Carablanca,
Sentimiento gaucho,
Betinotti…
Su repertorio, su voz, su elegancia, su
finura le valió el apodo de El caballero
cantor.
Actuó en el cine algunas pocas
películas mudas y, en 1934, con la dirección de Eduardo Morera, en Ídolos de la radio, interpretando a dúo
con Ada Falcón con quien más tarde Un
jardín de ilusión con la Orquesta de Francisco Canaro.
Él sería el mejor intérprete de la obra
de Héctor Pedro Blomberg y Enrique Maciel situada en el contexto del gobierno
rosista en el que se desarrollan las historias de amor y sangre… La pulpera de Santa Lucía -que a mí
cantaba El negrito de la calle Miller cuando salía de la casa de mi
abuela Manuela y me iba para mi casa en Pampa y cuando nadie, nadie, ni
siquiera yo, sabía que luego sería Luis Cardei y que después, cuando ya fuera
famoso, me cantaría cuando iba a verlo actuar con el bandoneón de Antonio Pisano,
Temblando...
Volviendo a Corsini, ese repertorio
inigualable de Blomberg y Maciel son todavía joyas que deberíamos preservar
como testimonio de lo que se puede hacer creativamente con nuestra historia
superando las dicotomías que, a veces, son superadas por los sentimientos: La canción de Amalia, La mazorquera de Montserrat, China de la mazorca, La guitarrera de San Nicolás, Tirana unitaria, La bordadora de San Telmo, Los jazmines de San Ignacio...
Era un hombre sencillo que vivió toda adulta
su vida en la calle Otamendi 676 en donde en
alguna oportunidad el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires puso una
placa de bronce que -como parecería ser
natural- fue robada!!! Y esta indiferencia y malicia ante nuestro patrimonio
porteño me produce más que indignación, gran bronca!!! Bronca por los chorros
de cualquier pelo y calaña…! Porque justamente Corsini como Gardel fueron
prueba de la porteñidad de pertenencia… Porque para ser porteño -como siempre
sostengo- no es necesario haber nacido en esta ciudad. Es necesario sentirse
porteño. Y ambos son un claro ejemplo.
Él siguió muy poco en su profesión después de
la muerte de Victoria. El 28 de mayo de 1949 hizo su actuación de despedida en
radio y quedó en la penumbra del dolor por la ausencia… «En ella tuve la gran compañera de toda mi
vida, la que me alentó en mis horas inciertas y a la que debo gran parte de mis
triunfos.»
La única vez que se volvió a
presentar en público fue en 1961 en el programa de televisión Volver a vivir con la conducción de
Blackie y Carlos D’ Agostino.
IMPORTANTE:
Para ser justa y veraz, contrariamente a lo que casi todo el mundo piensa, vale
la pena aclarar que Volver a vivir fue
idea y guión original del actor Horacio
Torrado –nombre artístico de Horacio Ángel Labraña Torrado-, injustamente
ignorado por los historiadores de la radioteatro en especial y de radiofonía en
general.
Horacio Torrado |
Torrado fue un actor de primer nivel, el galán de la década del cuarenta en el Radioteatro Lux de Radio El Mundo junto con estrellas como Rosa Rosen con quien hizo varias temporadas seguidas, Patricia Castells, Olga Zubarry, Blanquita del Prado. Cuando El Mundo pasó a ser manejada por el estado, se confinó, por sus actividades políticas y sindicales, en Villa Reynolds - San Luis. Volvería a Buenos Aires después de 1955 en donde siguió actuando en la radio. Fue Secretario de la Asociación Argentina de Actores con sede en la Casa del Teatro hasta su muerte en marzo de 1967.
Dejo para otra oportunidad más datos sobre esta personalidad de nuestra cultura.
Torrado fue un actor de primer nivel, el galán de la década del cuarenta en el Radioteatro Lux de Radio El Mundo junto con estrellas como Rosa Rosen con quien hizo varias temporadas seguidas, Patricia Castells, Olga Zubarry, Blanquita del Prado. Cuando El Mundo pasó a ser manejada por el estado, se confinó, por sus actividades políticas y sindicales, en Villa Reynolds - San Luis. Volvería a Buenos Aires después de 1955 en donde siguió actuando en la radio. Fue Secretario de la Asociación Argentina de Actores con sede en la Casa del Teatro hasta su muerte en marzo de 1967.
Dejo para otra oportunidad más datos sobre esta personalidad de nuestra cultura.
Ignacio Corsini murió
en esa fecha fatídica en que murieron otros grandes argentinos [Arlt, Evita,
Centeya] -y que es el día de mi onomástico, el día de Santa Ana- un 26 de
julio, del año 1967.
Hoy honro esa vida sencilla, creativa,
esa obra, esas melodías y esa voz que me llevan a los aromas y los cielos de mi
infancia…
® © Ana Sebastián, Memorias
impertinentes, 2015.
* Aviso: Si hay cambios de letra o tamaño es problema de blogger.
Fuentes
sugeridas:
Corsini,
Ignacio (h.): Ignacio Corsini, mi padre, Ed. Colección Todo es Historia,
Tango III, 1979.
Yofre,
Felipe: “¡Ignacio Corsini, una voz inolvidable!” en La Nación, 22 febrero 1998.
http://ignaciocorsini.blogspot.com.ar