En especial a María Viniegra, a Eduardo González, a Federico Coló, a Juan O`Connor, a Reinaldo D. Chacón que hicieron y hacen en que todavía siga contando el cuento e incluso a algunos que me hubieran mandado queriendo o sin querer al mundo de los que se piantan.
Al Dr. Catalano -el médico de cabecera de la familia- que, ante mis desmayos en la adolescencia, se obsesionaba en demostrar que podía estar embarazada, a lo que yo le decía que se equivocaba y que, cuando se comprobó que era una disritmia se tuvo que bancar, junto con mi madre, mi respuesta con la soberbia y el desparpajo habitual de esos tiempos: "¿Vio que yo tenía razón, que no estoy embarazada? Además... si Dostoievski era epiléptico y Nietszche se volvió loco... ¿qué es una disritmia? Nada!"
A todos los compañeros tordos de las épocas difíciles y sobre todo al Dr. Otálora que me atendía gratis en su consultorio y que estaba en la guardia de la Sardá ese lunes 9 de abril de 1973 cuando llegué a la madrugada para parir a media tarde...
A Hugo Iglesias que siempre me bancó, con el cariño de siempre.
A Dardo Iglesias y al equipo del Sanatorio Méndez, Dr. Alejandro de la Torre, Dr. Luis Losada, Dr. Juan José Lagomarsino.
A Carlos Mendoza, compañero, in memoriam, que me llevó al Álvarez a hacerme la mamografía y tuvo la valentía de informarme que seguro tenía un cáncer.
A Ulrico Lerner, correligionario, que ahora disfruta de las sierras y los salamines.
A Roberto Lagomarsino que era más que un médico, un amigo y nos dejó sorpresivamente hace poco.
A Bocha Bagú, al que molesto cada vez que necesito.
Al viejo pediatra de mi hijo -cuyo nombre no recuerdo- que me salvó en 1977 cuando en el Pirovano me medicaron mal un broncoespasmo.
Al Dr. Bob Vinkenoog -nuestro huisarts, médico de cabecera- de Amsterdam que nos atendió desde el principio al final de nuestra estadía.
A mi actual Dr. Levingston y a todos por cuya expertise -o no- pasé y paso... con el deseo de que tengan la fuerza para mantenernos vivitos y coleando para que algunos se alegren y otros se disgusten y con gran cariño y agradecimiento.
Avanti!
Para
Don Félix J. Tettamanti
Si te postran diez veces te
levantas
otras diez, otras cien, otras
quinientas...
No han de ser tus caídas tan
violentas
Ni tampoco, por ley, han de ser
tantas.
asimilan el humus avarientas,
Hipócrates dando la bienvenida al Dios Asclepio - mosaico S. II - III A. C. |
deglutiendo el rencor de las
afrentas
se formaron los santos y las santas.
nada más necesita la criatura,
y en cualquier infeliz se me figura
que se rompen las garras de la
suerte...
¡Todos los incurables tienen cura
Cinco segundos antes de la muerte!
Almafuerte
- Pedro Bonifacio Palacios - 1854 - 1917
Y, por favor, sigan con el juramento hipocrático y no se confundan con la hypokrisis - < gr. ὑπόκρισις o sea, 'fingir - actuar'!!
Hagan todo lo posible para que no nos postren...
Ah, y no se rían de nosotros en quirófano....
Ah, y no se rían de nosotros en quirófano....
¡Feliz día!
Twitter: @anasebastian27
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