Circunstancias personales me retrajeron estos últimos días e hicieron que recién hoy me enterara de la muerte del querido Acho Manzi a quien conocimos, tratamos, con quien compartimos muchas veladas y de cuyo su romance con Marilú -que fuera nuestra alumna en el Liceo de la Academia Nacional del Tango- fuimos testigos.
No hay palabras... tristeza...
Inevitable pero desconsolante a menudo, hace años consideramos a la muerte como parte de la vida. No por nada perdimos amigos muy jóvenes, casi adolescentes... Ahora empezamos a perder a los amigos de la madurez... del crepúsculo... Y en este crepúsculo porteño vaya nuestra dolor... y estos versos que un día Cátulo supo escribir para tu padre:
"¡Vamos!
Vení de nuevo a las doce...
Vamos,
que está esperando Barquina.
Vamos...
¿No ves que Pepe esta noche,
no ves que el viejo esta noche
no va a faltar a la cita?...
Vamos...
Total al fin nada es cierto
y estás, hermano, despierto
juntito a Discepolín..."
Y como seguro "hay un mundo para los que se piantan", desde el fondo de la tarde te estarán esperando a vos, a tu cuore grillo como el de tu viejo y a tu mano cordial... que quedará en nosotros en el orgullo de la amistad, "ese olvido del egoísmo humano"...
Fuerza Marilú & familia!!!
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