DESTIERROS
Actualizo este post de hace cuatro años...
Hoy mi madre cumpliría 94 años…
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Celia Vázquez Cibeira |
Muchas cosas pasaron desde entonces, mucha tristeza, mucho dolor...
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Mi madre y yo con un tapadito que, si no me equivoco, era rosa. |
Hace cuarenta y un años que se nos fue...
Hace hace cuarenta y dos que un 27 de agosto yo me despedía por teléfono cuando salía sin
destino al mundo que tal vez nos cobijaría y nos cobijó…
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Malvón de mi madre que estaba casi seco después de 16 años cuando volvimos, recuperado por las «manos verdes» de Mariano. |
Doña Noemí Castagna, nuestra vecina de Estomba y la vía del tren Gral. Bartolomé Mitre , con quien tomábamos el té, compartíamos gajos de
malvones y hablábamos de la vida y de los hombres…
Doña Noemí, que sostenía su teoría de que
los hombres mujeriegos nunca abandonan a su
mujer… que los que abandonan son los boludos que sólo conocen una mujer y
cuando se topan con otra se pierden y
dejan a la que tenían… Todo esto no sin ejemplos ni sin literatura...
Bueno... esa mañana del 27 de agosto de 1977 a las 8 y media Doña Noemí nos
golpeó la puerta y nos susurró que huyéramos, que nos estaban buscando, que
habían preguntado ya a todos los vecinos y que nos iban a matar…
Ese
mismo día sólo pude hablar con mi madre moribunda a raíz de un cáncer de mamas. Si la iba a ver no me iba a poder ir y tratar de salvarme y de salvar a Mariano que era la su luz... No, seguro no me iba a ir…
Sobre el destierro
El
ostracismo era una condena tal para los griegos que en el 339 a. C. Sócrates
prefirió la cicuta.
Pero
nos fuimos al ostracismo…
Y sobrevivimos en el ostracismo…
Tampoco
fuimos los primeros ni los últimos.
Hugues Felicité Robert de Lamennais [Saint Malo 1782 - Paris 1854] supo decir:
«Il
n'y a d'amis, d'épouses, de pères et de frères que dans la patrie.
L'exilé partout est seul.»
«No hay ni amigos, esposas, padre y hermanos más que en la patria.
Un
exiliado en cualquier lado está solo.»
Y nuestro Juan Bautista Alberdi,
luego de volver a su patria, y tener que volver al exilio…, lo parafraseó y le
agregó:
« ...Aun en su propia patria!»
Hoy que es el cumple de mi madre que murió a los
pocos meses de estar nosotros en el exilio.
Nos enteramos en el Hotel de Wilde por una carta de mi padre de la que se nos cayó el anuncio fúnebre e inmediatamente L. fue a comprar un soporte para enmarcar la única foto que teníamos... la que estaba con Mariano que la hacía tan feliz.
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Celia & Mariano en la terraza -1973 La única foto que teníamos. |
Le prendo una vela a su alma...
Y otra a
la de Doña Noemí que nos salvó y que las circunstancias de la vida hicieron que
en un mal momento -las dos en rehabilitación en ALPI- me reencontrara con su hija María…
Y ahí fue que, por teléfono también, le dije a mi madre que le dejaba en mi casa de la calle Estomba el regalo del cumple: una pasta frola que era lo único que le podía hacer porque no teníamos plata...
Y ahí partimos rumbo a no sé dónde con Mariano de la mano otra vez, compañero de aventuras y desventuras, rumbo a Río, a recalar luego en Muriquí...
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Muriquí |
Y de ahí de vuelta a Río...
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Los dos en Río - Pau de Açucar septiembre 1977 esperando nuestro destino |
Y de ahí a Italia - Fiumicino - destino Morlupo > Mori Lupo, el pueblo adonde mandaban antiguamente a los leprosos a matar a los lobos, al norte de Roma...
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Morlupo & Mori Lupi |
Y de ahí a Nederland: Putten primero... por pocos días...
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Putten - Nederland |
Y de ahí, Amsterdam por fin.
Al Hotel Cok primero, enfrente del Vondel Park.
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Mariano & yo en Vondel Park frente a Hotel Cok |
Y de ahí, a los pocos días, al Hotel De Wilde en donde estaríamos unos meses y viviríamos con ropas prestadas y con, por fin, esperanza...
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Mariano - Hotel De Wilde - Amsterdam |
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Mariano durmiendo con Mandinga, la gatita, en el Hotel de Wilde |
Y ahí llegamos llevando encima, a nuestras espaldas, la nefasta experiencia de 1976 después del secuestro de mi amiga Cristina Onís: ida y vuelta al Paraguay de Stroessner en donde habría tratado de sobrevivir -gracias al Dr. Arturo Frondizi, a su ad-later, el Dr. Rogelio Frigerio [Rodolfo Ferrando como lo llamé cuando me lo presentaron en una oficina creo que de la calle Ayacucho] y de Don Ramón Prieto -el anarco-desarrollista que había participado de la Columna Prestes en la Guerra Civil Española, el marido de la gran poeta María Granata-.
Paraguay del que me volví cuando un perro lo mordió a Mariano y no había adónde llevarlo y en donde yo perdí mi título de Sra. -que nunca tuve- porque las mucamas que eran más de doce en la casa me dejaron de respetar cuando vieron que lavaba mis prendas íntimas cuando me bañaba, algo que no hacía la señora de la casa que era, además, dueña de ocho automóviles para ella y su hijito de la edad de Mariano -tres años- y que esperaba que le llegara un Mercedes nuevo directo desde Alemania. Ante ese hecho le pedí un chofer que me llevara a la frontera, le agradecí y me dediqué a esperar el ómnibus que me traería a Buenos Aires mientras Mariano jugaba con los gendarmes.
Llegada aquí y ante la insistencia de Don Arturo y de Ramón Prieto, dejé a Mariano con Luis y mi madre y me volví a ir. La historia de esa segunda parte que duró apenas una semana para de nuevo me volviera es tan siniestra que me mereció un libro, mi última novela, Las manos de la audacia.
Prefería cualquier riesgo aquí. Prefería y prefiero cualquier cosa a vivir en una sociedad feudal, controlada, en donde se siente, se percibe, se palpa un horror más grande que el que se vivía aquí en ese entonces. Ese Paraguay era la pesadilla de un estado policíaco y mafioso que, en esa época -aunque algunos no lo crean de bastante ingenuidad-, yo sólo pensaba que ese tipo de países eran un invento hollywoodense de las películas norteamericanas. ¡No! Era el estado pleno de defección, de infidencias, en el que uno, si no pertenecía al régimen, se sentía acechado, con indigentes descalzos que vivaban al General se quedase eternamente en el poder. Eso no quiere decir que no haya conocido gente buena, como los Eduardo Roig y Pepa Kostianovsky que me tuvieron en su casa... pero a él, argentino, lo echaron de Paraguay por intereses de competencia comercial y ahí su mujer, su hijo y su suegro también tuvieron que escapar y venirse a Buenos Aires.
La experiencia en el Paraguay de Stroessner fue lo peor que me había pasado hasta mi cáncer, Y no querría vivir ni que nadie viva en un estado y una sociedad semejantes.
Por supuesto, nada se compara con la pérdida de Mariano..., la peor pasada que nos jugó la vida.
Hoy espero que estén juntos con Mariano y les prendo una vela a mi madre, a Doña Noemí y a Mariano y a nuestros seres humanos y animales queridos que se nos fueron yendo.
Espero que nos iluminen ellos a nosotros en tanta angustia.
Otros destierros
Añgún tiempo después, ya más asentados en Amsterdam, conmovida por un artículo sobre lo que habían encontrado en el ataúd del Dante: sólo unos diminutos huesitos, escribí Destierros.
El Dante fue desterrado de Florencia y el Príncipe Guido Novello da Polenta lo aceptó como invitado en Rávena en 1318.
El Infierno de la Commedia -como originalmente llamó a lo que sería conocido como La divina Comedia- está destinado a quienes lo persiguieron en su patria.
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Dante en el exilio
Atribuído a Domenico Peternili o Peternilo [1822- 1891]
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Inferno: Canto I
Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura
ché la diritta via era smarrita.
Infierno: Canto I
En la mitad del camino de nuestra vida
me encontraba en una selva oscura
porque el sendero recto se había extraviado.
Dante fue como diplomático a Venecia y volvió enfermo a Ravena.
Terminó El Paraíso y se murió en 1321.
Fue enterrado en la Iglesia de San Pier Maggiore – hoy San Francesco d’ Assisi.
Luego sus restos fueron trasladados a otra tumba en 1483.
Muchos siglos más tarde en Florencia, en 1829, se hizo construir una tumba en la Basilica de la Santa Croce con un epitafio:
¡Onorate l'altissimo poeta!
Pero esa tumba permanece vacía…
Los mínimos restos de Dante quedaron en Rávena.
Y está bien que así sea porque los que mueren en el exilio debido a la intolerancia de sus compatriotas no tienen por qué ser repatriados luego…
Aunque la repatriación pueda ser una reivindicación postrera y es entendible, muchas veces es una manera de utilización política…
Ahora reposteo este poema que escribí en el
exilio, luego de leer este artículo sobre los restos mortales del Dante…
Destierros
Desterrado murió el Dante
allá por el mil trescientos veinte y
tanto.
Condenado a la hoguera para siempre
maldiciendo a sus confiorentinos
inventando paraísos
infiernos nada artificiales
sabiendo sin saber que dos siglos más
tarde
su cuerpo se evaporaría
y de él quedarían dos huesitos
insignificantes
y una corona de laureles
para consternación de sus
confiorentinos
sin saber
que siglos más tarde Amletto Vergiatti
también se evaporaría
en el medio del camino de su vida
perra vida, linda sbruffata,
piropeando con palabras dantescas
de procedencia desconocida
a la musa mistonga
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Francesco Salvador Venturi - El Tano |
arrabalera
de pollera cortona y de sabias
trenzas.
Sin saber que el Tano Venturi contaría
risueños cuentos de loro
con acento italiano también dantesco
mientras se dibujaba a sí mismo
fumando un faso en el buque Granaderos
cuando él y mi país todavía no
habían llegado al último círculo
de la desesperanza.
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Dibujo de El Tano Venturi en el Buque Granaderos
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su lengua se embarraría
se anclaría con bronca
y con cariño para desilusión
de los que soñaron destinos más
castizos para la ciudad de
Santa María de los Buenos Aires.
Sin saber después de todo
que el Tano Mateazzi
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El Tano Renato Mateazzi |
imprecaría como el Dante
otorgando infiernos eternos
para los esbirros, los oportunistas,
condenado a ser fuego
él mismo
conocedor del infierno nada artificial
bajo el cielo claro de la perla del
sur
evaporada su sonrisa, su seducción,
como vos
entre fuegos sin laureles y sinmigo
también.
De
Yuyo verde – Noticias,
Buenos
Aires, Tierra Firme, 1988.