domingo, mayo 28, 2006

Historias de oficina
"Un perro negro me sigue
por caña y cañaveral,
un perro que ladra y muerde,
un perro que es capataz."
Nicandro Pereyra
Los capataces,
¿saben de poesía?
me pregunto
y también me pregunto
por qué no conozco
nada más que esto de Nicandro Pereyra.
Debería buscar sus libros,
sus otros poemas.
Averiguar su vida, su obra.
Tal vez buscar en internet...

Pero seguro capataces
sin distinción de sexo,
no saben de poesía
y menos los capataces
de oficina,
y menos aún de oficina pública.
Eso sí lo sé.

Aunque, pensándolo bien
-ilusa-
muchos cancerberos nazis
se deleitaban con melodías
wagnerianas.

© ® Ana Sebastián, 2004.

Dedicado a todas las víctimas del mobbing y del karoshi



martes, mayo 09, 2006


To Thomas Moore A Thomas Moore

Here´s a sigh who love me Aquí hay un suspiro para quien me ama,
And a smile who hate, y una sonrisa para quien odia,
And, what ever sky´s above me y cualquiera sea el cielo que esté sobre mío
Here´s a heart for every fate. aquí hay un corazón para cada destino.


Georges Gordon, Lord Byron
1788-1824

domingo, mayo 07, 2006


Ana Sebastián

10 años de fugasyvolcanes.blogspot.com
     Hace diez años empezaba con este blog. Hacía mis primeras armas a instancias de un escritor, periodista Guillermo Piro, al que sólo traté por teléfono y por mail, cuando era asesora del Letras del Consejo Federal de Inversiones y organizaba las conferencias en el interior con diferentes escritores. Piro ya en ese entonces daba una charla que, si no me equivoco, se llamaba La literatura: de la imprenta al blog.
Yo acababa de publicar Tango, literatura e identidad con José Luis Mangieri. Y realmente, acostumbrada el mundo editorial de los Países Bajos, en que me programaban hasta la foto y sobre todo la prensa, estaba harta de todo lo que un autor que no es mediático tiene que hacer aquí para promocionar su obra.
Y fue así que empecé… muy despacio, muy artesanalmente…
     Y empecé un 7 de mayo con un poema que me había costado mucho escribir y que reproduzco aquí: Vuelta, difícil por el personaje, Eva Perón. Cuando lo terminé en Amsterdam llamé inmediatamente a mi amigo y mentor -se puede decir-, el poeta Juan José Fanego, que vivía en Roma para leérselo.
     Ahora, a tantos años lo leo y me pongo triste.
Me pongo triste no sólo por esta mujer que es la argentina más conocida internacionalmente sino por lo que significó.
Me pongo triste por ella que dijo esa frase: “Volveré y seré millones…”
Me pongo triste por el paso del tiempo y por la ansiedad que me creaba la nostalgia cuando lo escribí usando esa misma frase en pleno exilio y sin miras de volver…
Me pongo triste porque pienso en mis amigos, en mis compañeros.
Me pongo triste por Diego Ruy Frondizi que murió gritando “¡Viva Peròn!” cuando lo mataron luego de entregarse y de que hubieran matado a su amigo y jefe operativo, Manolo Belloni, según nos contaron los testigos de Rincón de Milberg.
Me pongo triste por Jorge Escribano, el Churi, y Gerardo -el Negrito- Burgos [dentro de poco hará 44 años que murieron también con la idea de que el mundo cambiaría con la bandera de Evita]. El Negrito Burgos que, cuando los compañeros fueron a buscar sus pocas pertenencias a la Villa Itatí, encontraron bajo su almohada mis poemas de entonces, esos poemas revolucionarios que luego estarían en sus propias tumbas… Primer destino de mi poesía.
Me pongo triste por tantos otros compañeros de entonces -tantos, tantos- que lucharon, fueron perseguidos, sufrieron, murieron creyendo en que lo que hacían era por un mundo mejor… y en serio. No como una consigna vacía.
Me pongo triste porque nunca pensé que vería tan bastardeada esa frase de Evita por algo que parecería un juego retórico, un oxímoron, si no fuera una espantosa realidad… Evita no volvió. Ni nuestros compañeros. Pero muchos se volvieron millonarios. Y usando no sólo el nombre de Evita, sino también la memoria de nuestros muertos muertos.
Y muchos lo consintieron, lo aprovecharon y encima tienen el descaro de bajar línea como si tuvieran derecho, como si tuvieran ética…
Me pongo triste realmente el 7 de mayo…

Lo único que no me pone triste es que gracias a Dios, al consejo de Guillermo Piro, a la informática, a los Bill Gates, a los Serguéi Brin & Larry Page, creadores de Google y, por ende, de Blogger, empecé con este fugasyvolcanes, título inspirado en un cuadro que en ese momento atribuían a Dalí, pero que recientemente descubrí que era de Vladimir Kush.


Y también gracias a que me gusta ser F5, es decir, estar actualizada. Y es por eso que hoy actualizo lo que posteé hace diez años.

 VUELTA









Qué hará esa mujer
que no tenía paciencia de costurerita
cuando la calumnia
quede como la borra de café
y en el sur se borren los tranvías
qué hará con su traje gris
cuando tenga que hacer
de primera dama
para que sus nieblas    obnubilen 
al príncipe Bernardo y no sólo a él
y las damas la maldigan
        con voz de cuervo envenenado
  
       en la época en que los caballos
morían todavía en las calles
        qué hará esa mujer

cuando Hollywood embarre su intimidad
su barro angélico
        con las histerias de Faye Dunaway
queriendo ser lo que nunca será
        que hará cuando desate su rodete
sin un poeta victoriano
        que se atolondre por su cuello
de cisne enfermizo
        que se masturbe
por su incendio fuera de la ley
        qué hará esa mujer
       
        cuando le metan el dedo a su muerte       
       
        cuando la escupan

la quemen con puchos
sin ninguna internacional socialista
que clame a dios por la irreverencia
sin ningún papa
que en san pedro rece los domingos por su
ánima en suspenso
qué hará cuando sea
sólo una foto amarilléandose
un susurro en el corredor
cuando la canten con música de ópera, de vaudeville
qué hará esa mujer
cuando vuelva y sea millones.
De Yuyo verde- Noticias, Buenos Aires, 1988.
©® Ana Sebastián, Reflexiones impertinentes, 2016.